LA destitución o salida fulminante del Ministerio de Fomento de la hasta el jueves secretaria de Estado de Transportes, Concha Gutiérrez, es una pésima noticia para la provincia de Málaga. Un desencuentro hace muy pocos días con el ministro José Blanco ha podido propiciar el rápido desenlace que nadie sospechaba. Hace nueve días, Gutiérrez protagonizó en la capital uno de sus últimos actos como responsable del Gobierno, la presentación de las nuevas unidades de Renfe que cubren el trayecto convencional por tren entre Málaga y Sevilla. Una visita que se aprovechó para negociar con la nueva consejera de Obras Públicas de la Junta, su entonces antigua colaboradora, Josefina Cruz, la necesidad de darle un impulso a ese tren litoral de la Costa del Sol, olvidado por los presupuestos del Gobierno andaluz y central. La tercera pata del acuerdo pasaba por la implicación de la vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, Magdalena Álvarez, para conseguir la ansiada financiación. Ahora habrá que empezar de nuevo con un Fomento que pierde a su principal pilar en Andalucía. El referente será ahora en ese Ministerio el almeriense Jesús Miranda, actual subsecretario.

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