Luces y sombras

Antonio Méndez

¿Málaga? Siga usted las pistas

Aveces es muy atractivo seguir a través de los medios de comunicación las propuestas que lanza el equipo de gobierno sobre el futuro de esta capital. Debemos estar agradecidos a Francisco de la Torre y sus concejales porque en estos tiempos de crisis nos hace útiles. Los ciudadanos que quieran conocer en qué proyectos está embarcado el Ayuntamiento de Málaga deben comprar los periódicos si desean estar a la última. Porque a veces los cambios son vertiginosos.

Por ejemplo, hace una semana en este periódico el propio alcalde a una pregunta del director del PTA, Felipe Romera, sobre la marcha de los contactos para que Málaga organice una Expo dedicada a las nuevas tecnologías -la gran idea que el propio De la Torre lanzó en el debate sobre el Estado de la Ciudad del año pasado- le respondió que él era más partidario del trabajo del día a día que de dar un gran salto para luego quedarse parado. "Relativizo su importancia", remachó. No sé si le habrá transmitido así su reciente teoría a Alberto Ruiz Gallardón para animarlo tras la decepción del viernes en Copenhague, donde estaba el munícipe malagueño.

Esta semana hemos conocido, además, que el modelo urbanístico a imitar está en L'Hospitalet, al menos para darle contenido a ese nuevo bulevar del AVE y aledaños. Y sin que la Junta pueda albergar dudas. La iniciativa parte de un ayuntamiento socialista. Se trata de llenar de torres el espacio. Pero con firmas de autor y esconder los bloques en zonas verdes. Tras cinco años de inconclusa tramitación del Plan General de Ordenación Urbana de Málaga esta alternativa rompedora -algunos dirán que no es más que cemento sostenible- la conocemos de tacón un martes en una jornada vespertina de la Gerencia de Urbanismo.

También nos hemos informado a través de este periódico de que al regidor le gusta la manzana del cine Astoria para plantar un emblemático proyecto cultural. Al dueño del terreno, que lleva tres años para conseguir una licencia para levantar pisos de lujo frente a la Plaza de la Merced, le habrá hecho menos gracia que el alcalde se fije en su propiedad. Y en la esquina del Puerto, Unicaja puede ahora resarcirse de su frustración por no gestionar el centro de arte contemporáneo gracias a la cintura del alcalde, que así sella la paz con Medel. La ciudad se mueve, en la prensa.

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