Maltrato

La vieja táctica de hacerse de rogar hasta el límite de la paciencia hoy la repiten los negociadores de izquierdas

Durante los últimos años se han gestado diversas leyes que plantean el freno a cada tipo de maltrato. Desde el infantil hasta el animal se ha tratado de proteger a aquellos sectores que pudieran ser más débiles frente a otros. Ahora ha llegado el momento de plantear un nuevo paradigma: definir el escenario contra el maltrato a los adversarios políticos, y en especial prohibir el agotamiento del contrario mediante reuniones interminables.

La vieja táctica de la entrevista de Franco y Hitler, en Hendaya, haciéndose de rogar hasta el límite de la paciencia, hoy la repiten los negociadores de izquierdas. Sólo de pensar que pasaron las tres primeras horas diciendo que no al gobierno de coalición y la última decidiendo el día del siguiente encuentro, es para echarse a temblar. Parece que todos los "revienta asambleas universitarias" se hubieran coaligado para llegar a acuerdos, procurando que las reuniones se eternicen sin el más mínimo interés ni resultado.

Cuando hace un año se impusieron las condiciones de Podemos para formar gobierno, se les indicó que no era posible entregarles tanto poder. Después cuando pidieron menos poder se les indicó que no debía estar Pablo Iglesias. Cuando dejo de estar Pablo Iglesias les indicaron que los cargos los elegiría Pedro Sánchez y, finalmente, cuando los cargos los elige Pedro Sánchez se les dice que no aceptan un gobierno de coalición. Tras este recorrido la paciencia de Podemos parece infinita, pero roza el dontancredismo, porque no se dan cuenta de que les llevan tomando el pelo un año sin el más mínimo avance. Quizás para los andaluces la experiencia nos enseñó como hubo una vez un Partido Andalucista que se quiso acercar tanto al PSOE que desapareció para siempre. Esto debería hacerles reflexionar sobre el peligro que corren en esta carrera de sumisión y derrota que están viviendo.

Pero ahora todo está en un punto sin retorno. Si siguen aceptando condiciones y, a pesar de todo, se convocan elecciones, el resultado para Podemos será desastroso. Probablemente pensaron que les valía con su inteligencia, tras haber generado un movimiento asambleario a nivel nacional, pero ahora están negociando con otros que llevan más de cien años de historia, y eso les debería imponer respeto. La sensación exterior es que los negociadores están buscando su silla, importándoles poco el futuro de su partido, y eso les puede llevar a la nada.

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