Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

Al final resulta que Serrano es lo que el profesor Shameless define como una "mandíbula de cristal": un político pendenciero incapaz de aguantar que le pinten la cara. El terror del cuadrilátero andaluz no ha podido soportar el primer intercambio de golpes y ha tirado la toalla. Se ha pedido un mes de baja médica justo antes de las vacaciones, que es donde todos queremos las nuestras. Tomándolo de ejemplo, mañana preguntaré a mi médico qué se puede hacer. A ciertas edades, cada vez pesa más el trato con los clientes. Azote de herejes, el mediático líder no ha soportado que le regañen en su propia casa ni la amenaza del castigo público si no se calla cuando no le den permiso para hablar. Se trata de un partido nuevo donde casi todo está por inventar y lo demás, por descubrir. Aquí, quien puede hablar es el portavoz y cuando quien lo hace es el presidente del partido de una comunidad autónoma, lo hace a título personal. Lógico. Se trata de un partido que, con la excepción del reparto de puestos en los gobiernos autónomos en los que es llave, rechaza cualquier concepción autonómica del estado y en el que la feroz exigencia de disciplina se sustenta en la existencia de una oficina en Madrid donde se guarda un archivo del tamaño de la Enciclopedia Británica en el que se encuentran casi todas las respuestas a casi todas las preguntas del misterio de la nación española. Alimentado por un comité que busca las respuestas correctas a las que aún no han sido contestadas. Fuera del guion, la sacrosanta libertad es garantía más que suficiente para poder decir siempre lo que uno quiera. Salvo que el politburó te desautorice a posteriori por haberte salido de la estratégica del partido. En cuyo caso, y siguiendo la tradición de los mejores peplums, se invita al inconsciente parlanchín a inmolarse y evitar una deshonra aun mayor.

El riesgo de defender a capa y espada la ley y el orden es que un día puedes descubrir que es otro quien la dicta, sin el menor reparo en imponer su orden. En el ejercicio de reparto del poder a que inspira todo partido, Serrano había conseguido su parcelita en el Hospital de las Cinco Llagas. Diagnosticada una incontinencia verbal crítica, sus compañeros no parecen dispuestos a correr el riesgo de que su recuperación dentro de sus estancias les deje secuelas. Miedo les da lo que podría decir el día que descubra que originalmente fue un hospital para mujeres.

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