Mar de fondo

Julián MOlina

Medias naranjas

LA política reciente en España ha estado marcada por los grandes escándalos de corrupción del PSOE en Andalucía y del PP nacional. Los EREs y la Gürtel, con todas sus ramificaciones, han protagonizado incuestionablemente la política de este país en los últimos tiempos. Entre ambas tramas hemos perdido la cuenta de los políticos y altos cargos que hemos visto desfilar por los banquillos y las cárceles españolas. Y los EREs y la Gürtel no solo han marcado irreversiblemente a sus partidos, sino que además han corrido y competido paralelos en el tiempo. A cada noticia de corrupción en el PP respondía un eco "¿Y de los EREs qué?", y a cada escándalo en Andalucía se correspondía con uno igual o peor en Madrid, Valencia, Baleares o Castellón. El argumento político estrella en estos años ha sido que votar al PSOE en Andalucía, o al PP en Valencia o en Madrid legitimaba la corrupción. A los votantes andaluces, valencianos, madrileños o españoles se los ha puesto de irresponsables mil veces por votar otras mil veces a partidos atestados de manzanas podridas. Y aunque al principio muchos albergaron la esperanza de que la corrupción pasaría factura a ambos, quizá el hecho clave en nuestra política en estos últimos años ha sido la tremenda decepción que ha supuesto abandonar completamente esa esperanza. Si algo ha quedado demostrado indiscutiblemente en este tiempo es que la corrupción no les pasa factura, sino todo lo contrario. El PSOE ha afianzado su dominio en Andalucía y el PP en España, muy por encima de toda la porquería que les ha llovido.

Pero todo es susceptible de empeorar, y en un último giro, ciertamente truculento, el PSOE de Andalucía ha decidido salir en rescate del PP nacional, nada más y nada menos. El impulso definitivo que afianza en el poder al PP de los grandes escándalos de corrupción ha llegado justamente del PSOE de los grandes escándalos de corrupción. Y si lo piensan tiene toda la lógica, ¿alguien realmente podía esperar que desde el PSOE de Andalucía se tuviera algún reparo moral en favorecer un gobierno que es acusado de tolerancia con la corrupción? ¿Quién podría comprender mejor al PP de Rajoy que el PSOE de Andalucía? No se conciben dos formas de entender la política con más sintonía, son, sin duda alguna, medias naranjas. Aunque, eso sí, quizá algo podridas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios