La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Mejor educar que subvencionar

La buena salud de la cultura depende sobre todo del nivel cultural del público y éste de la educación

Hay cosas que no entiendo del todo en lo de la rebaja del 21 al 10% del IVA cultural a los espectáculos en directo. ¿A todos, con independencia de sus calidades? ¿Favorece por igual a las manifestaciones que por su calidad o carácter minoritario tienen mayor dificultad para sobrevivir en el mercado y a las que surfean tan ricamente sobre la ola de la peor cultura basura de masas? ¿Por qué se discrimina al cine? ¿Hay una correspondencia real entre el IVA, el precio de los productos y las entradas, y la incentivación de las artes y la cultura? Los libros, por ejemplo, pagan un IVA reducido del 4% pero en España son seis veces más caros que en Inglaterra y cuatro veces más que en Francia. La chica del tren, por poner un ejemplo reciente de best seller, cuesta 4,99 libras en Inglaterra, 7,80 euros en Francia y 19,50 en España. Y la pérdida de espectadores se inició antes de la subida al 21%: entre 2008 y 2012 el cine perdió el 12,6% y las artes escénicas el 31,4%.

Es cierto que la subida del IVA cultural del 8 al 21% fue una barbaridad que nos situó entre los tres países que más gravan la cultura: en Europa oscila entre el 5,5% de Francia y el 13% de Portugal, con la excepción del 20% de Inglaterra y el 25% de Dinamarca. Pero es mucho más cierto que la buena salud de la cultura y de las industrias culturales no depende sólo de la Administración, sino sobre todo de las elecciones y aficiones del público. Y éstas dependen a su vez de la educación. Por lo tanto, la responsabilidad mayor de la Administración y de todos los partidos con respecto a la cultura no reside sólo en bajarle el IVA o subvencionarla, sino en que de una puñetera vez se pongan de acuerdo en un pacto por la educación que acreciente la demanda y eleve el nivel medio del consumo de lo que las industrias culturales produzcan, ya sean espectáculos, conciertos, películas o libros.

Este es el único camino. Cuanto más a fondo se pise el pedal educativo más se podrá levantar el pie del apoyo público a las industrias culturales para priorizar las inversiones en los frentes que más urgentemente lo necesitan, especialmente la conservación del patrimonio histórico. Víctor Hugo escribió: "Educad la cabeza del hombre del pueblo y no tendréis que cortarla". Podría también decirse: educad a la ciudadanía y no tendréis que subvencionar ni hacer excepciones con las industrias culturales, creando agravios entre ellas y con otras industrias.

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