Ignacio del Valle

Mercadillo libre

Cuando creíamos que habíamos dado esquinazo al coronabicho parió la variante de ómicron

Allende Huelintown florece el mercadillo libre y la cocina de temporada con neotieso esplendor. También repunta la trepadora inflación. En sólo una semana la caja de 50 mascarillas azules ha pasado de costar de dos euros a tres. Los paquetes de medio centenar de bozales negros, los más cotizados, han escalado hasta los cuatro pavos ¿Se acuerda de cuando se fijó el precio de la mascarilla quirúrgica en un euro? Pues vuelven a ponerse los tapabocas de moda vitalicia. Cuando creíamos que habíamos dado esquinazo al coronabicho parió la variante de ómicron. Ya se sabe de memoria lo de la distancia de seguridad, lavarse bien las zarpas y evitar ambientes cerrados.

Por eso, los mercadillos de tenderete son incluso recomendables por estar abiertos hasta al catarro. En esta cara B del consumo se puede proveer de los caprichos más singulares para servir en la mesa o el guardarropa. Por un puñado de euros se atiborra el carrito de la compra con frutas, verduras y las mercancías más insospechadas por arte de oferta. Lo mismo una funda para el móvil, un altavoz bluetooth que una piña tropical, naranjas del Guadalhorce o chirimoyas. Eso sí, debe de aproximarse con apertura de mente. Basta que vaya con la intención de comprar cebolletas y retorne a la madriguera con un saco de papas y dos kilos de pimientos habaneros fistuloides por menos de lo que le ha costado un sombra doble. En la economía de mercadillo la oferta y la demanda se armoniza con reclamos a risas y voz en grito, primo. Hay un pacto tácito: esto es lo que hay, y en efecto se lo quitan de las manos, como las sábanas de franela y las mantas que hacen furor durante el inmaculado puente de la Constitución.

Los mercadillos son el eslabón perdido entre Aliexpress y Amazon encarnado en ganga de outlet. Tecnología,menaje,ropa usada y tambiénchándales de la selección española nuevos por cuatro lereles o seis pares de calcetines a dos y las novedades tik tok… todo junto colisionado en un reguero de gente bajo el sol. Jubilados paseando la gorra, parejas de amigas, carritos de bebé, viejenials en sillas motorizadas, perreteschumineros, guiris y gente de toda raza procesionando tras el chollo. Y ojo: al mercadillo en Cenacheriland sólo se acerca elpersonaje político de ciento en cuento. Por eso, las elecciones en Huelin se huelen desde lejos.

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