LAS EMPINADAS CUESTAS

Amparo Rubiales

Mujeres por África

VIVIMOS, con razón, instalados en un duro pesimismo que se acrecienta cada día; vamos comprobando con consternación un retroceso formidable de esos derechos individuales y colectivos, políticos y sociales, que a lo largo de siglos habíamos conquistado; el miedo, la desconfianza, el temor a perder un poco más de lo que tenemos, o a seguir sin nada, los que nada tienen, nos atenaza; sin embargo, ocurren también cosas buenas que te hacen creer, aunque sea momentáneamente, que otro mundo es posible y lo podría ser si el esfuerzo y la voluntad colectiva se impusieran. Un botón de muestra es la creación de la Fundación Mujeres por África para "promover a través del empoderamiento y la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres, el desarrollo y el progreso del continente africano". En éste, como ocurre en todo el mundo, y más en época de crisis, las mujeres ejercen un papel vertebrador de la sociedad fundamental, multiplicador del bienestar y del desarrollo.

El plan de acción tiene cuatro ejes: la educación, instrumento esencial para reducir la pobreza y la desigualdad, necesaria para que las mujeres tengan autonomía, y acabar con el analfabetismo que sigue siendo un grave problema. La salud, para reducir la mortalidad materno-infantil, poder avanzar en el acceso universal a los servicios de salud reproductiva y combatir las enfermedades que les azotan. El desarrollo económico, porque las mujeres en África son, en un 40%, las sustentadoras de la economía informal; realizan enormes esfuerzos para cubrir las necesidades básicas, generando alternativas de lucha contra el hambre y garantizando la seguridad alimentaria de sus familias y de su comunidad. Y, por último, el empoderamiento de las mujeres, clave para lograr un desarrollo sostenible; la mujer se ha ido incorporando a los Parlamentos y, en más de veinte países, han alcanzado el 30% de representación. África crece económicamente gracias al trabajo de sus mujeres; ser solidarios es siempre necesario, en épocas de turbulencias es imprescindible.

Teresa Fernández de la Vega es la presidenta ejecutiva de esta Fundación, de la que también forman parte las más importantes empresas y mujeres de España y África de todos los ámbitos del pensamiento, pero ha sido noticia no por esto, sino por su cambio de imagen; el retroceso en derechos y libertades va acompañado de un incremento del sexismo y la misoginia que afecta a todas las que destacan, al margen de su ideología; en Francia ocho poderosas mujeres han posado vestidas de hombres para denunciarlo; en España "la marea violeta" acaba de empezar; el neomachismo, como la crisis, también se globaliza.

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