El Museo Jorge Rando reabrió ayer sus puertas en el corazón del barrio del Molinillo, tras el parón obligado por la pandemia del coronavirus que el centro ha aprovechado para acometer su anhelada ampliación: los visitantes encontrarán ahora nuevas instalaciones que añaden una superficie de cuatrocientos metros cuadrados para el desarrollo de exposiciones y otras actividades. Una muestra que revisa cincuenta años de creación del artista malagueño en todas sus facetas es la propuesta con la que el museo regresa a la vida cultural.