LA mayoría de los escritores románticos que nos visitaron allá por el XIX describieron a Málaga como ciudad "navajera" por excelencia. Ya se sabe que por aquellos tiempos las ciudades portuarias albergaban todo tipo de charranes, grandes manejadores de navajas y puñales. Repasando textos y memoria, os puedo reunir un pequeño código del manejo y lance de estas armas cortas. Con el pulgar colocado en la parte ancha de la hoja y la mano izquierda en la cintura se podía lanzar un jabeque o chirlo, siempre a la parte alta del contrario. Otro golpe muy eficaz es el desjarretazo a la espalda. La plumada, navajazo de derecha a izquierda en curva y al revés contrayendo el brazo, un revés. La culebra es lanzarse cara a tierra y apoyándose en la izquierda lanzar un tajo al vientre. Si el contrario avanza hacia ti con rapidez le das un floretazo y él mismo se hiere. Los barateros más expertos recomiendan la corrida, como golpe terrible. Estos mandobles vienen acompañados de tretas, engaños y saltos secretos. ¡Un primor! Málaga se superó y acabó con la copla. Ahora disponemos de más de una sola librería.