El 'Ninisterio'
Ante tanta desgana surge la pregunta ¿De dónde viene la educación, la sanidad o la seguridad ?
Entre tanto observatorio chuminero propongo el Ninisterio para los que ni estudian, ni trabajan. La plaga ha supuesto un paréntesis laboral forzoso. Según el INE en encuesta acerca de las condiciones de vida, renta, desigualdad y tasas de pobreza, advierte que los nacidos tras 1990, se incorporan a su primer trabajo de cotización a la seguridad social con 19 primaveras de media. Cuatro años después de la generación silenciosa en torno a 1946. Motivos son la escolarización obligatoria hasta los 16 años más el tiempo invertido en su formación en el caso de que la chavalería salga estudiosa. Sin saberes académicos, el potro de nómina llega más temprano.
Es lo que sucede en un país de "desertores del arao" expresión añeja que espero no le haga enarcar la ceja, pues también peino pelo de la dehesa. Es motivo respetable procurar un destino más confortable para la descendencia. Miles de emigrantes del campo han contribuido con inteligencia, sudor y compromiso a la prosperidad presente. Las nuevas quintas se apoltronan, pasa entre la aristocracia y la clase neotiesa. Con tanto internet y conocimiento express, en los peores y abundantes casos hay individuos que derivan en vividores a mesa puesta, Play nueva, sudadera planchada y zapas de marca. Son incapaces de hacerse la cama o estirar el edredón. Y eso que se pueden machacar en el gym hasta la última onza de su tableta abdominal. Lo de las aspiraciones exigentes es otro llorar. Una ética absolutista en cuanto a la remuneración económica y la política de responsabilidad empresarial.
Todo está fatal como dictan las alteraciones hormonales de la hardolescencia. Ante tanta desgana surge la pregunta ¿De dónde viene la educación, la sanidad o la seguridad ? ¿Los derechos caen del cielo y el estado sánchezprotector? ¿Y los deberes? ¿La contribución a la sociedad? Trabajar por pura fórmula es trasladar un peso a lo largo de un espacio y en un tiempo. Hay faenas físicas y otras más intelectuales, todas desgastan, por eso te pagan. Sufriendo con el abandono de los montes y el horror del incendio de Sierra Bermeja, con tanto personaje adicto a la sopa boba, piensa uno que a lo mejor se les pasa la tontería desbrozando montes con un azadón, unas semanitas nada más. Es ecológico. Como "desertores del arao" lo llevamos memorizado en los genes y además el ejercicio al aire libre es antidepresivo. "El ministerio", una ocurrencia antipopular.
También te puede interesar
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Un premio más que justificado
Monticello
Víctor J. Vázquez
La Transición de Almodóvar
El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
Izquierda y derecha
Lo último