Cuando se anunció el rodaje de Malaka, la serie policiaca recién estrenada los lunes en TVE ambientada en Málaga, hubo cierta suspicacia en la ciudad. Varias décadas cuidando una imagen internacional como capital de la cultura, el cine o los museos y de pronto surge una amenaza que puede ensombrecer el trabajo realizado. Tan bien hecha ha estado la operación de proyección hacia el exterior, que se repitió varios veces durante la reciente campaña municipal que si sólo votasen para alcalde los de fuera de Málaga Paco de la Torre podía haber sacado mayoría absoluta.

Como consecuencia de la inquietud que generó la producción de Malaka, el ayuntamiento hizo discretas pesquisas para averiguar de qué iba el guion. Pero el estreno de la serie ha tenido éxito en toda España y ha entusiasmado a los malagueños. La gente se ha visto reflejada en el habla, con un acento andaluz nada forzado por una vez; en el paisaje, con lugares cercanos reconocibles; en una forma de vida. Resulta sorprendente, pero también este género puede hacer publicidad de una ciudad. Como lo han hecho las novelas o películas de los cockneys en Londres, las del Bronx en Nueva York, las de Saint-Denis para París, o lo que hizo Grupo 7 con Sevilla.

Hay muchos parámetros para medir la notoriedad de una ciudad o una institución. Si me permiten una digresión, les cuento una anécdota ajena. En diciembre de 2006 el Sevilla fue a jugar a Huelva la temporada siguiente a ganar su primera Copa de la UEFA. Ganó 1-3 y se puso líder. Pero a la afición onubense le dejó mal sabor de boca la actuación arbitral, en la era antes del VAR. Un penalti claro no se pitó contra el Sevilla y a continuación uno más que dudoso se concedió contra el Recre. Un jugador sevillista preguntado días después sobre las dos jugadas y el presunto favoritismo del árbitro hizo una respuesta espléndida, nada evasiva: "Hasta en eso se nota que somos ya un equipo grande".

Pues bien, esta serie Malaka sobre los bajos fondos de la Palma Palmilla subrayaría el aserto: hasta en esto se nota que Málaga es una gran capital reconocida. Surfeando sobre el éxito y la buena factura de la serie, con guionistas y actores de aquí, se ha reforzado la autoestima local, cosa que a Málaga no le viene mal. Tradicionalmente ésta no es una ciudad chovinista, como pueden ser Sevilla o Jerez. Y ahora los productores y la propia prensa sacan un catálogo de los malagueñismos que exporta la serie. Algunos son andalucismos que también se practican en Málaga. Otras son genuinas expresiones del habla malagueña, como merdellón, jopo, farota, majarón…

En una época en que las capitales de todo el mundo, más allá de sus monumentos, se parecen en exceso unas a otras, con las mismas tiendas de franquicia, los mismos automóviles y las mismas prendas de moda, lo auténtico y lo natural engancha. Y en Málaga ha desatado un orgullo malako.

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