Es cierto que el Gobierno ha acercado al País Vasco a Txapote y Parot, responsables de 53 asesinatos, los de las seis niñas de la Casa Cuartel de Zaragoza entre ellos. Es cierto que el Gobierno se mantiene gracias al apoyo, entre otros, de EH Bildu y el PNV. Es cierto que Otegui dijo: "Tenemos a 200 presos en la cárcel y si para sacarlos hay que votar a favor de los Presupuestos, pues votamos. Así de alto y de claro os lo digo" (atención a "tenemos": la primera persona del plural señala pertenencia a un mismo grupo, continuidad, solidaridad, inclusión, pertenencia). Es cierto que Otegui también dijo: "Debemos observar esa partida en su integridad. Nosotros no jugamos solo en el ámbito social con el Gobierno del PSOE y Podemos: jugamos en el ámbito de los presos y jugamos en el ámbito nacional". Es cierto que el 1 de octubre del año pasado el PSOE y el PNV pactaron que las competencias de prisiones fueran transferidas al Gobierno vasco.

Todo esto es cierto. Interprételo cada cual como su conciencia se lo aconseje. Si la tiene. Hablando de tener o no tener conciencia, Sánchez se ha defendido afirmando que "lo que está haciendo el Gobierno es cumplir con la legislación" y acusando al PP de hacer una "utilización espuria y sin ningún tipo de vergüenza" del terrorismo tras la desaparición de ETA. Lo primero va de sí, porque solo faltaría que el Gobierno vulnerara la legislación y se vanagloriara de ello en público. Pero se pueden hacer componendas inmorales, tomar decisiones vergonzosas, establecer pactos repugnantes, humillar a las víctimas, beneficiar a los verdugos y hacer el juego a sus herederos cumpliendo con la legislación. La política en general, y muy especialmente la baja y rastrera que confunde como lo mismo el interés propio o de partido con los intereses generales, es pródiga en vergüenzas que cumplen con la legislación.

Lo de acusar al PP de hacer una "utilización espuria y sin ningún tipo de vergüenza" del terrorismo es un boomerang que se vuelve contra él con suma facilidad. Basta que se junten las declaraciones de Otegi, el pacto con el PNV y el acercamiento al País Vasco de dos de los más sanguinarios asesinos de ETA que no se arrepienten de sus crímenes ni han colaborado con la justicia. ¿Quién gana algo en la partida que "jugamos en el ámbito de los presos"? ¿Quién garantiza sus apoyos? Pues eso.