La puntilla

Juan A. Navarro Arias / Janavarro@malagahoy.es

Oxígeno

ES básico para respirar y a veces la Fiesta da la sensación que se ahoga. Nos paramos un segundo y miramos atrás. José Tomás, ahora otra vez lesionado, llegó con oxígeno y recursos para todos los males cuando reapareció en Barcelona el 17 de junio de 2007. Entonces puso al mundo del toro a latir a cien por hora y lo hace cada vez que se viste de luces. Pero estamos ante un caso único, otra galaxia. La Fiesta necesita renovarse en su día a día, pues todas las tardes no torea el de Galapagar. Renovación como en su momento fue la incursión de José María Manzanares, Sebastián Castella o Miguel Ángel Perera, hoy tres figuras contrastadas. La llegada de Cayetano también aportó. Luego vino Talavante, aunque éste viene y se va según el día, pero ilusionó al personal. Y en las últimas temporadas uno de los nuevos que más fuerte viene pegando es Daniel Luque. Pero da la impresión de que el agua está demasiado estancada, pese a que por detrás hay empujando gente que al menos quieren decir algo. Lo mismo luego su discurso no interesa, pero ayer, por ejemplo, se presentó en La Malagueta el sevillano Oliva Soto con cosas interesantes. Y subrayar que no entendió al último de la tarde, que lo desaprovechó. Pero mostró argumentos. Todo lo contrario que Manolo Sánchez, un torero de vuelta y cuya presencia en Málaga era servir de telonero a José Tomás y equilibrar el presupuesto. Ayer dio la razón a quienes pensábamos que no tenía lugar en esta feria. La interesante novillada de la primera del abono confirma este argumento, pronto Jiménez Fortes y Adolfo Ramos estarán como Oliva Soto, intentando hacerse hueco. Ojalá algún día también tengamos un ciclo de novilladas para disfrutar con las figuras del mañana y darles paso. En definitiva, hace falta oxígeno.

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