PP y PSOE ante sus idus de marzo

PP y PSOE se han entregado este mes a las escaramuzas o quizá a las batallas internas. Igual quieren honrar a Marte

El liderazgo de Pablo Casado se halla en un momento de evidente debilidad. El mazazo electoral de Cataluña. El aliento de Vox que también percibe en el resto de España. La improvisada decisión de desprenderse de la sede de Génova para romper con el pasado de su partido y la pesadilla de la trama de corrupción de Gürtel. Las críticas internas que le atribuyen falta de proyecto y bruscos giros políticos. Una tormenta perfecta para que algunos barones se atrevan a cuestionar abiertamente su autoridad.

En Andalucía ha entendido que Juanma Moreno le ha echado un pulso en el supuesto reparto de poder en los congresos provinciales del PP. Casado se siente traicionado y culpa a la mano derecha del andaluz de maniobrar en contra de "la unidad, la colaboración y el trabajo conjunto para forjar una alternativa", según explicaban a este periódico fuentes de la dirección nacional.

En el foco, por tanto, el consejero de Presidencia de la Junta, Elías Bendodo. Hoy revalidará la presidencia del PP en Málaga. En teoría, sus dos cargos son incompatibles por estatuto. Así que Génova le envía un aviso. Si se impone el acuerdo, nada sucederá. Si se mantiene el desafío, con candidatos alternativo por ejemplo en Sevilla, alguien puede impugnar que Bendodo acumule los dos puestos. Y obligará al Comité de Garantías a que le comunique que deberá elegir: la Junta o el partido. Muy arrinconado debe sentirse Casado para permitir que se visualice esta grave crisis interna. La sangre no suele llegar nunca al río. Pero esta disputa supone un punto de inflexión en esta cohabitación.

En el PSOE todos esperan que este mes, desde Ferraz, la sede socialista, se mande una señal nítida y clara del nombre del candidato o candidata que concitará un cierre de filas para enfrentarse abiertamente al liderazgo de Susana Díaz. Los críticos aseguran que Moncloa maneja encuestas que cada vez alejan más la posibilidad de recuperar el gobierno en la comunidad autónoma en los próximos comicios. Y que cuando se pregunta en los sondeos por preferencias de candidato, el último lugar lo ocupa la citada Díaz. Afirmaciones de manual, ciertas o no, cuando se intenta justificar la necesidad de derrocar a un líder. A medida que se suceden las visitas a Madrid, aumenta la operación en la que dirigentes y alcaldes se distancian de la secretaria general de los socialistas andaluces. Están convencidos de que Sánchez impondrá su voluntad y de que el futuro ya no pasa por Susana Díaz.

En marzo cayó Julio César a manos de los suyos. El PP y el PSOE se han entregado este mes a las escaramuzas o a las batallas internas. Igual quieren honrar a Marte, el dios de la guerra, y celebrar sus idus.

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