Juana les fue útil para la causa. Les venían bien sus lágrimas de madre supuestamente maltratada para llenar calles con sus proclamas partidarias y rebosar de votos las urnas de feminismo socialista, esa tergiversación ideologizada del feminismo auténtico.

Juana creyó estar en las manos del poder correcto. Ante sus maniobras conyugales y familiares, hoy condenadas, se olvidó de la ley y se alió con quien le dijo lo que ella quería oír. ¿Quién se atrevería contra ella si el PSOE hegemónico de Susana Díaz la cobijaba, si hasta la presidenta tuiteaba a su favor desde San Telmo, sin más reflexión que la oportunidad y su propaganda? ¿Cómo no atreverse a dejar al padre de sus hijos sin derechos, cuando el PSOE que todo lo podía puso el amplio aparato de la Junta a favor de quien sustrajo a menores desobedeciendo las órdenes de la Justicia?

El PSOE tuvo el juguetito en sus manos. Qué maravilloso regalo electoral cayó del cielo de Maracena desde Italia. Cuántos titulares iban a lograr para su lucha partidaria. No te preocupes Juana que nos manifestamos contigo, sacamos dos pancartas, tres hashtag y un eslogan, y convertimos tu desafío a la justicia en una reivindicación de mujer y madre. Sujétame el cubata, Juana, que le vamos a demostrar a los jueces quién manda aquí.

Pero ya nadie es Juana, ni Juana está en sus casas. Ahora es la condenada. Cinco años de cárcel, una indemnización de 30.000 euros, pierde la patria potestad y, además, deberá abonar a sus hijos 300 euros mensuales para gastos de manutención. Ni Carmen Calvo garantiza el indulto sin sus plazos para una condenada judicial por sustracción de menores. Ya no son Juana, la ley y el derecho han descuartizado el juguete político de Noel, Teresa y Susana.

El PSOE amaga lo hecho y abandona. Se esconde el partido oportunista obrero español, maquiavélico y rufián, sin explicar qué responsabilidad asume ahora que la justicia ha puesto los puntos sobre las íes, y la verdad judicial en la mismísima puerta de Juana. Porque fueron los tentáculos del PSOE quienes mal aconsejaron y confundieron el camino jurídico de Juana. Quienes la animaron a retar a la justicia a sabiendas del peligro de su vía. Todo, para cosechar votos del vivero feminista.

Ahora queda el páramo de la soledad para una madre condenada por los tribunales, que tuvo la irresponsabilidad culpable e interesada de asirse a la política para ser absuelta por la justicia independiente. Y el PSOE, roto el juguetito, ya no es Juana.

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