Crónica personal

pilar Cernuda

NOS PUEDE PASAR

LOS atentados mortales de París y Copenhague tuvieron que ver con la libertad de expresión, porque los fanatizados yihadistas no entienden de libertades, de ninguna. Pero no solo arremeten contra quienes han demostrado que no ponen límite a su capacidad de crítica, de ironía, de escribir o dibujar lo que quieren. Están contra todo y contra todos. Empezando porque están contra los propios musulmanes que no pertenecen a su misma tribu, a su mismo referente: esta locura terrorista se inició entre hermanos de religión, entre chiitas y sunnitas principalmente. El Islam no es una balsa de aceite con un solo mensaje y una única actitud vital. Y unos tratan de imponer su criterio a otros con métodos de máxima violencia.

Nadie está a salvo, como saben en multitud de países musulmanes que cuentan sus víctimas por centenares de miles. Pero AlQaeda y el Isis han centrado los objetivos en los occidentales, y las demostraciones de su salvajismo tienen en alerta permanente a las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia; y tienen atemorizados a millones de personas del mundo occidental que son conscientes de que pueden convertirse en nuevas víctimas de la Yihad, porque golpean donde pueden y a quien pueden.

En París y Copenhague porque los terroristas querían arremeter contra caricaturistas, pero también en otras ciudades, porque se ha visto en otras ocasiones que las víctimas no tenían nada que ver con su profesión o su biografía; simplemente estaban en el lugar equivocadocuando un fanático había decidido matar. Y a cuantos más, mejor, sin otro criterio que el matar por matar para hacer méritos, pensaba, ante un Alá que le premiaría con un paraíso solo al alcance de quienes acometen acciones excepcionales, destruir infieles, para recibir ese privilegio.

Nadie está a salvo. Solo cabe tomar precauciones por uno mismo y estar alerta. Con cuidado además de no dejarse llevar por la xenofobia, ya que la mayoría de los musulmanes no tienen nada que ver con la Yihad. La batalla se va a ganar, como se han ganado otras, pero el goteo de noticias sobrecogedoras provoca que sea fácil caer en la desesperanza. Es momento de apoyar sin fisuras a quienes conocen el terrorismo islamista por dentro y saben cuáles son los métodos más efectivos, legales, para neutralizarla. Porque con tibiezas y paños calientes, se deja el campo libre a quienes irrumpen a tiros en la redacción de Charlie Hebdo, en un coloquio sobre el derecho a caricaturizar, o en una sigagoga en la que se celebra el Sabbat.

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