Sol zalameroa primera hora de los ejercicios step by step. Muy al fondo de los sudores se alcanzaba a ver un pedacito de mar, del tamaño de un cartabón de plumier. Quiso el rumbo del destino que en tan escasa porción de azul asomara un buque portacontenedores Maersk fondeado en la bahía. Estaba para pintarlo con su bulbo rojo al aire, como florecido, muy bananero entre cuatro palmeras lejanas.

Y con esos bríos mañaneros hasta alegres que regalaba el festivo, qué mejor que dar un repaso a los dibujos de la Cuarentinta, que es donde los dibujantes urbanos suben sus acuarelas con vistas al confín de la imaginación. Miradas de perros, vistas desde el balcón, niños jugando, cocinas, bloques y autorretratos.

Interesantes pintadas en el muro de Facebook de las Bibliotecas Públicas Municipales de Málaga. A falta de carrusel y expulsiones en las Gaunas, qué menos que conectar con la familia del por aquí todo bien y cuidaros mucho, cruzando los dedos. Todo muy tranquilo con vermú y altavoz a toda pollinica de tambores y cornetas, con un pase de marchas cofrades muy aplaudidas por las balaustradas y mañana más.

Breve, asumible y audible. Pero, en la madriguera submarino neotiesa nos están invadiendo los Gremlins con averías chorras y roturas obsolescentes programadas, inoportunas y frustrantes: un fusible por aquí, una pestaña de plástico quebrada por allá -mira esto que no funciona-.

Menudencias a las que quitamos importancia y aplicamos caja de herramientas, porque ahí fuera, y muchas puertas adentro, hay motivos de preocupación por asuntos más serios y vitales. Una rabieta por estos contratiempos, en estas circunstancias, daría la medida del gilipollas que llevo dentro.