El Palo en lucha

Una realidad que nadie puede cuestionar es que Málaga ha evolucionado notablemente en los últimos 25 años

Una realidad que nadie puede cuestionar es que Málaga es una ciudad que ha evolucionado notablemente en los últimos 25 años. No es, sino el comentario unánime de los visitantes que vuelven a ella después de unos lustros sin pisarla. Realmente, el cambio empezó a fraguarse con los primeros ayuntamientos democráticos, pero el trabajo de estos, además de más lejano en el tiempo, resultó también menos vistoso. A aquellos ediles les tocó hacer las calles e infraestructuras que se "olvidaron" los constructores de los años del desarrollismo. En cualquier caso, la realidad es que la ciudad escaparate del centro histórico es irreconocible y los desarrollos urbanísticos del ensanche hacia el valle del Guadalhorce por Teatinos, con las deficiencias que pueden albergar, nada tienen que ver con las barriadas con las que se colonizó la carretera de Cádiz. Desde que empezó esta última transformación, las movilizaciones ciudadanas reivindicando mejoras específicas en la ciudad han sido escasas. El miedo a las obras del metro hacia el Hospital Civil y el rechazo al espolio del patrimonio histórico personalizado en los casos de la Mundial y el hotel del Puerto, lo más cercano. Por eso resulta significativa la manifestación que protagonizaron el pasado miércoles los vecinos de la zona este, aunando un conjunto de reivindicaciones de la más diversa índole. La remodelación del paseo marítimo, la regularización de las viviendas de las playas del Palo y la Araña, el rechazo a la ubicación de una gasolinera en medio del barrio de la Pelusa y una dotación sanitaria mayor que la prometida ampliación el centro de salud configuran un abanico de peticiones que se pueden repartir entre todas las administraciones.

La respuesta inmediata del ayuntamiento ha sido la enumeración de las múltiples actuaciones que está acometiendo o pretende acometer en la zona. Pero, siendo loable el esfuerzo económico, la repuesta no deja de ser el inicio de una conversación de besugos.

- Queremos que se regularice la situación de nuestras casas. Llevamos años.

- Pero si les hemos reurbanizado la calle.

- Pues estará preciosa si nos dicen que las tenemos que tirar.

- Sí, pero vamos a hacer un pabellón cubierto.

- Y una gasolinera enfrente de mi casa.

- En "suelo productivo".

- Y a 10 metros de mi casa. Para que no tenga ni que coger el coche.

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