Letra pequeña

Javier Navas Baena

Peligro, escuela

DE las mil tabernas y una sola librería…". Tampoco hace falta exagerar. En Málaga hay más librerías y algunas, excelentes; cada quien tiene su favorita. En cuanto a las tabernas, a su manera son centros culturales. Alrededor de una mesa sucia de vino toman forma conjuras y manifiestos, aunque por lo general todo queda en una cogorza en grupo y orfeones improvisados de himnos perversos. ¿Cómo era lo otro? "La primera en el peligro de la libertad". Sí, lo del peligro debe de referirse al resacón.

Librerías, varias; y teatros y una superpoblación de museos, incluido el Soho, que, aparte de la catetada del nombre, intenta ser museo al aire libre, obra del cielo y del paisaje. No nos concedieron la capitalidad cultural pero quizá sea mejor así, el esfuerzo no se ha perdido y los marchamos administrativos tiene tanta importancia en el espíritu de una población como la chapilla en el sabor del chorizo, que será sustancioso o con gusto a verraco según cómo se crió al cerdo.

Pero la apreciación de la cultura empieza antes, es una planta frágil y de floración lenta. No sirve de nada programar un festival de cine clásico para un respetable analfabeto. A los consumidores de productos simbólicos hay que desasnarlos desde chiquititos. La educación, y la primaria menos que ninguna, no debe concebirse como el camino hacia una colocación. A ser una mujer o un hombre también se enseña. Nunca atracará un crucero en el puerto para que los turistas se autorretraten junto a un colegio pero la graduación de un niño vale por todas las pinacotecas de la ciudad.

A cualquier político que le preguntes te dirá que el sistema educativo le quita el sueño. Así que a ver cómo explican que en sus agendas hayan arrumbado igual que a un trasto el colegio de San Agustín. Si en Málaga hay una institución digna de tal nombre es San Agustín, donde durante diez años han leído la cartilla las cucarachas y que, dicen, van a rehabililtar ya. En Miraflores de los Ángeles, a causa del papeleo necesario para retomar unas obras a medio hacer, el colegio lleva un año destripado sin que una nueva constructora se ocupe de recoserlo. Tantas tabernas, no sé cuántas librerías… ¿Y escuelas? ¿Cuántas escuelas bien dotadas necesita Málaga? Viendo el mal trato que nuestros gobernantes les dan, hay que pensar que tienen muy mal recuerdo de sus días colegiales. A lo mejor precisamente por eso se dedicaron a la política.

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