SE asoma uno a edades donde el desfile de los que se van se acentúa despiadado. "¡Se están muriendo ahora los que no se han muerto nunca!", decía aquel bobalicón de Vélez-Málaga. Éramos tan jóvenes que no entreveíamos en la frase la cantidad de razón que aquel absurdo rezumaba. Pero el desfile continúa... Don José García Gómez se fue sin saludar la noche del 24 al 25 de junio y con él se pasa una de las páginas más interesantes del arte del siglo XX en Málaga. Don José, Pepito el de la Económica, como lo conocíamos en el mundillo íntimo de los pintores, fue con nosotros crítico, mecenas, consejero, hermano, filósofo, fotógrafo, filatélico, tertuliano, conserje de la Sociedad Económica hasta su jubilación (toda su vida), caballero intachable, pero, sobre todo, amigo, amigo leal en esa media distancia donde se perciben los sentimientos y no se notan las presencias. Gracias Pepito por tu gratuidad y elegancia en todo lo que nos has dado.