Hasta no hace mucho parecía que, mientras el PSOE se desangraba, los populares eran los menos perjudicados por la crisis de los grandes partidos. Hoy un hotel madrileño es el elegante escenario de la encarnizada batalla de los candidatos y sus equipos por conseguir el apoyo de los 3.082 compromisarios. Están profundamente divididos, aunque no sabemos muy bien por qué. En Málaga tenemos un buen ejemplo: Basta que Bendodo apoye a Sáenz de Santamaría para que De la Torre se pronuncie a favor de Casado. Parece que una y otro representen soluciones ideológicamente distintas, pero nadie cree que la ruptura sea por las ideas. Ni que la incertidumbre que rodea esta elección sea una prueba de la vitalidad de la organización que celebra estos días su XIX Congreso. Al contrario, lo inquietante es que habiendo convocado a toda la militancia a participar, en un proceso clave para el futuro del partido, haya participado menos del 10% de la misma ¡Qué habrían dicho si algo así hubiese ocurrido en la primarias del PSOE! Es bastante más preocupante que el juego sucio y las escaramuzas para captar apoyos para una u otra candidatura. Parece que sólo estaban al corriente de cuotas los 66.700 inscritos para elegir compromisarios. Por cierto, supongo que en los presupuestos anuales aprobados por la dirección del PP figurarían como ingresos las cuotas de los 869.000 afiliados que acredita el partido. Será algo anecdótico, pero la diferencia son muchos millones. Tampoco pueden ignorar que, de forma inevitable, una participación tan ridículamente baja reste legitimidad a todo el proceso ¿Qué representación real se pueden arrogar unos compromisarios elegidos por un censo de menos del 10% de los afiliados?

También deberían enfrentarse al hecho incuestionable de que ha sido una contundente sentencia judicial lo que los ha desalojado del poder. Lo del voto de censura, Sánchez y el "eje del mal" sólo fue la consecuencia. La sentencia puso de manifiesto la anomalía democrática de un gobierno presidido por el máximo responsable de un partido carcomido por la corrupción. Además de hacer viable lo que unos meses antes no lo era: la formación de una mayoría que por su heterogeneidad parecía imposible de sumar. La sociedad ha recibido mayoritariamente el cambio con normalidad, cuando no con esperanza. El PP vive con perplejidad la pérdida del poder; deberían aprovechar este congreso para reflexionar y debatir sobre sus causas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios