¿Recuerdan lo del adn de las cacas de los perros? Sí, hombre, era eso de que iban a detectar quién no recogía el regalo dejado por su perro analizando el marrón con posterior empuramiento al propietario. Pues la cosa se ha torcido como el rabo de un chihuahua. 

 

CIUDADANOS.- Con Juan Cassá a la cabeza, se niega al CSI perruno, para ello alegan varios motivos. Para empezar dicen que esta tecnología le va a costar una pasta a los dueños de los perros que tendrían que extraer el adn de su chucho para que a posteriori les pudieran trincar si dejan la evacuación de su perro en la calle. Visto así el asunto huele mal, perdón, mal chiste, trataré de moderarme. Seguimos.

 

NO ES FIABLE AL CIEN POR CIEN.- Ya sabemos que la vida no es blanco o negro, también hay grises, o marrones en este caso y resulta que la prueba del adn no es segura al cien por cien. En un alarde de escatología, Ciudadanos nos ilustra diciendo que los perros suelen hacer pipí encima de las cacas de otros perros, estropeando la pureza de la prueba. Me imagino a Steven Spielberg haciendo la película “Inocente”, la triste historia de un dálmata acusado injustamente de cagar en la calle y la lucha de su amo por demostrar su inocencia. Eso que nos ahorramos, lo único que nos faltaba es ver cómo una caca de perro disfrazada de niña levita en una bicicleta evitando un cordón policial de la policía municipal.

 

ADEMÁS.- Traten de agarrarse fuerte, resulta que los perros no son los únicos que hacen sus necesidades en la calle, eso dicen los amigos naranjas. De tal manera que, además de científicos especialistas en extraer adn de la caca, el ayuntamiento tendría que contratar a un especialista en distinguir una caca de perro a golpe de vista. Mierdología se llama la especialidad, supongo. Mal chiste, no puedo evitarlo, esto me está superando. Vamos con el remate final.

 

PROPUESTA.- En vista de todos los problemas del tema del ADN, se propone la creación de una brigada que vigile y cace al perro y dueño infractores, ya sé que el perro no tiene la culpa pero el culo es suyo, en el acto. Imaginen el dispositivo, la patrulla canina infiltrada entre nosotros como cualquier civil, con un pinganillo en el oído en el que oirán mensajes como “lobo rojo a cuervo cuatro, lobo rojo a cuervo cuatro, tenemos un tres dieciséis en la plaza del carbón, es un San Bernardo” y cuervo cuatro “Soy demasiado mayor para esta mierda”. Otro chiste malo más, créanme que lo siento.

 

El asunto de cómo solucionar lo de las cacas de perro en la calle es un tema que llevan tocando, figuradamente, en el ayuntamiento desde hace bastante tiempo y, por lo que parece, hasta llegar al final del asunto vamos a asistir a numerosos espectáculos. También tenemos lo de las torres Repsol y los rascacielos de quita y pon y la Alameda, pero aún hace demasiado calor para hablar de esas mier… Perdón, no consigo quitarme este tema de la cabeza, es como cuando pisas una… ¿Ven? Mejor lo dejo. 

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