La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Perros y cachorros populistas

Por ahora es más preocupante el perro grande populista de izquierdas que el cachorro de derechas

Yo creo firmemente que, mientras existan personas como Alexander Solzhenitsin, los campos de concentración subsistirán y deben subsistir. Tal vez deberían estar un poco mejor guardados, a fin de que personas como Solzhenitsin no puedan salir de ellos". Una monstruosidad, ¿verdad? Pues la escribió Juan Benet en Cuadernos para el diálogo cuando el escritor ruso -cuyo centenario se celebró ayer- visitó Madrid en 1976. Franco había muerto pero el franquismo estaba vivo. Y denunciar el horror de la dictadura soviética se consideraba franquista. Para la izquierda de la época Paracuellos y las checas eran falsedades inventadas por la propaganda franquista, al igual que las purgas estalinistas, las fosas de Katyn, el genocidio ucraniano o el gulag eran mentiras del imperialismo yanqui. O se ensalzaban, como hizo Benet. Al igual que se celebraban las matanzas de Mao: los maoístas europeos y españoles aplaudían los crímenes de la Revolución Cultural (1966-1976: unos tres millones de víctimas).

El negacionismo de la izquierda es escandaloso. Cuando a los socialistas zapateristas y sanchistas (lo menos que se despacha en socialismo) se les llena la boca con la memoria histórica se refieren sólo a los golpes y crímenes franquistas, nunca a los de los socialistas radicales y sobre todo a los de los comunistas y anarquistas. Se han quitado de las calles, y muy bien hecho, los nombres de los golpistas franquistas. Pero las hay dedicadas a Largo Caballero o Pasionaria, que no fueron precisamente defensores de la democracia republicana.

Meten miedo con Vox. Ciertamente es tan preocupante que al PP le haya crecido un rival populista a su derecha como que al PSOE le creciera a su izquierda. Pero Vox sólo tiene 12 escaños en el Parlamento andaluz mientras que en el nacional Podemos y sus confluencias tienen 67, los independentistas radicales y populistas suman 23, y son el apoyo de Sánchez. Por ahora los de Vox no pegan a nadie, no asedian parlamentos, no utilizan métodos de kale borroka y no dan golpes de Estado, como hacen los independentistas y radicales catalanes; ningún líder de Vox apela a vías de confrontación armada como ha hecho Torra; y no mandan reporteros -la Sexta, vulnerando el principio del secreto del voto- para "señalar" a los votantes de Vox en Marinaleda. De momento es más preocupante el perro populista e independentista de izquierdas que el cachorro populista de derechas.

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