Según César Zafra, portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, no se deben valorar los tuits Marcos de Quinto, miembro de la ejecutiva permanente de su partido, porque son de carácter "personal". "Personal" es aquello "perteneciente, relativo o propio de la persona", y es evidente que los tuits del Sr. De Quinto le pertenecen. Cosa distinta es que no debamos valorarlos. De hecho, si los ha publicado en Twitter es para que lo hagamos y no creo que Zafra quiera contrariar los deseos del responsable de Talento y Capital Humano de su partido, que quizás algún día tenga que valorar su talento. Si no fuera así, los habría escrito en un diario que guardaría bajo siete llaves o en una nota dentro de una botella de Coca Cola que habría tirado al mar, lo más lejos posible de Lampedusa. Pero no lo ha hecho. Haciendo gala de la libertad que se respira en Ciudadanos, los ha twiteado. Así lo ha explicado Zafra cuando ha justificado el hecho declarando que en su formación "cada uno puede poner lo que quiera". Y ahí surge la segunda pega del argumentario. Decir que en un partido cada uno dice lo que quiere o es describirlo como el ejército de Pancho Villa o simplemente es mentira. Pero aceptando la primera alternativa como correcta, porque mis padres, que me educaron en un colegio de pago, me explicaron que no hay que ser maleducado aunque el otro lo sea y llamar a la gente mentirosa es una falta muy gorda, se desmorona la primera de las justificaciones: no son personales. Si quien se pronuncia en Twitter es el último militante del último pueblo de España, podemos pensar que es su opinión personal. Pero si quien lo hace es el responsable de Talento de la organización, hay que suponer que se lo ha pensado mucho. Lo que no quita que no pueda equivocarse, pero entonces, otro con más talento (no el responsable de Comunicación) sale a la palestra y explica la postura del partido e invita al espontaneo a pensárselo mejor. Si no se procede así, el verdadero portavoz, al menos en este asunto, es el tuitero. La idea de Weber de que un partido es una agrupación de personas para alcanzar el poder fue sintetizada por Shamelles con una frase que posteriormente inmortalizó "El padrino": "No es nada personal, son negocios". Y en una sociedad en la que los políticos con más éxito son los que mejor apelan a las emociones, debemos valorar qué nos venden. Corremos el riesgo de dejar de ser personas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios