Podemos o el fin del PSOE

Lo que plantea Pablo Iglesias como solución (un bloque de izquierda) es precisamente el problema

Entre los pocos pensadores políticos que han quedado en España se encuentra Pablo Iglesias. El suyo es un pensamiento simplón. No se lo debe creer ni él mismo, ya que es marxista del sector Groucho, y cambia sus principios según le convenga. Algunos lo sobrevaloran y lo ponen casi al nivel del otro Marx, el gran Karl, en el que teóricamente se fundamenta, si bien adaptado a los indignados de hoy. Pablo Iglesias, ideas al margen, tiene una estrategia. Y hay que alabarlo, porque es de los pocos que no oculta lo que quiere: el poder absoluto. Para conseguirlo ha llegado a la conclusión de que debe hacer con el PSOE lo mismo que con Izquierda Unida: primero una coalición, después una confluencia, y por último cepillárselo.

Es lo que se deduce de su último libro. Se titula Nudo España y es un diálogo (al modo de lo que hicieron algunos papas) con un periodista, Enric Juliana, de La Vanguardia. La idea básica es que Podemos y el PSOE deben formar coaliciones a la portuguesa, por toda España, para las sucesivas elecciones. De modo que toda la izquierda se uniría para frenar el auge de la extrema derecha. Y ahí no sólo incluye a Vox, por los 10.000 que juntaron en el mitin de Madrid (que se ha exagerado, pues es lo propio de un partido de fútbol de Segunda División), sino también al PP y Ciudadanos.

Pablo Iglesias teme que pase en España lo mismo que en otros países europeos: que un porcentaje importante de votantes socialistas terminen apoyando a la extrema derecha. Ya ha ocurrido en Francia, donde votantes del PSF se han pasado al Frente Nacional de Marine Le Pen. O en Italia, que fue la cuna del eurocomunismo, y ahora vuelve al neofascismo con Salvini.

Pero lo que plantea Pablo Iglesias como solución (un bloque de izquierdas) es precisamente el problema. Estamos volviendo al esquema de la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial. El fascismo por un lado y el comunismo por otro. Hitler y Stalin. O el Frente Nacional Español frente al Frente Popular del nuevo Largo Caballero, que se ha creído Iglesias que es él.

Para ello intenta abducir al PSOE, a lo que le ayuda Pedro Sánchez diciendo que sí a todo. Es lo mismo que pasó en la guerra, cuando el PSOE terminó no pintando nada, desaparecido ante lo que imponían los comunistas y los soviéticos que manejaban el ejército republicano.

El futuro de España y Europa necesita lo contrario: que vuelva la moderación del centro derecha y el centro izquierda.

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