Política sin alarma

Elías Bendodo y Juan Marín son uña y carne, desde que el primero probó la excelencia de la Manzanilla en Sanlúcar

Como acabamos de dejar atrás el estado de Alarma, se supone que ya nada debe causarnos asombro. Pero dudo si entre las 400 medidas que el Boja publica en la comunidad, para el tránsito a esta "nueva normalidad" para el Gobierno central y "nueva realidad" en la pugna por el relato que hace la Junta, figure la operación Cassá: la pésima política, la de toda la vida.

El cabeza de lista de Ciudadanos a la Alcaldía de Málaga hace un año le dio un portazo a su partido. No compartía la línea ideológica de la líder Inés Arrimadas. Cassá. en un ejemplo de coherencia con sus ideales se marca. Pero se queda con su acta de concejal en el Ayuntamiento de la capital y ocupa plaza como no adscrito. También mantiene su cargo como diputado provincial. Allí era el portavoz del gobierno de coalición entre los naranjas y los populares. A efectos de la Real Academia de la Lengua, Cassá se convierte en un tránsfuga: "Persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato".

La estabilidad de Francisco de la Torre se tambalea. La moción de censura es viable si el tránsfuga se alía con los socialistas y Málaga Ahora para deponer al alcalde. Así que el PP se mueve a dos velocidades. El regidor pregona que le ha ofrecido a Cassá entrar en el gobierno municipal. Pero lo hace sin consultar a su socio de Ciudadanos, que le transmite que no permitirá la ofensa de tener que compartir ejecutivo con su ex.

La segunda vía es más sencilla. El presidente provincial del PP, Elías Bendodo, que no se fía de la capacidad de negociación del alcalde, acuerda una salida con la dirección regional de Ciudadanos, que encarna el vicepresidente de la Junta, Juan Marín. Bendodo y Marín son una y carne desde que el primero probó la Manzanilla en Sanlúcar. El segundo, incluso es últimamente más crítico que el primero en sus reproches al Gobierno central. Como es el presidente regional impone su pragmática ley. Así que le ofrecen a Cassá devolverle la portavocía de un gobierno, ahora tripartito: PP, Ciudadanos y el propio Juan Cassá. E incluso el área testimonial de Relaciones Institucionales para que perciba el máximo sueldo de Diputación y se quede tranquilo y sin veleidades para darle sobresaltos al alcalde de Málaga. Cassá es el portavoz

El PSOE podría poner el grito en el cielo ante el resultado: un tránsfuga de portavoz de la institución. Por ahora no interesa. Quedan tres años de mandato y hasta que no vean que los populares han atado en corto a Cassá y no dejan un resquicio futuro para la moción de censura a De la Torre, mejor esperar. Así que todo el mundo a leer el Boja de esta "nueva realidad".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios