Postales desde el filo

Política exterior

Lo que pretende el Gobierno es que Europa tenga una posición común ante la crisis venezolana

Se está utilizando tan descaradamente la crisis venezolana en clave interna que parece que sólo interese para añadir más leña al fuego de la crispación. Los dirigentes del PP y de C's se han lanzado al cuello del gobierno exigiéndole el reconocimiento inmediato de Juan Guaidó. Que no les falten razones para ello no significa que tengan razón. La evidente ilegitimidad del régimen de Maduro no legitima automáticamente a quien se ha autoproclamado presidente interino de la República: no deja de ser curioso que, quienes consideran ilegítimo el gobierno de España, no duden en legitimar una maniobra política tan valiente y audaz como de dudosa legalidad. Aun con el respaldo de la Asamblea Nacional, que debe ser la única institución que mantiene la legitimidad de origen en ese país. Es lógico que por responsabilidad el gobierno actúe con más cautela que su oposición que antepone, sin complejo, la ideología y el tacticismo a las consideraciones de Estado. Y que no tenga el menor pudor en utilizar a Guaidó, y la dramática situación de Venezuela, como otra batalla en su guerra total contra Sánchez. Quien, para Casado y Rivera en su tremendismo opositor, además de rehén del independentismo y de ETA, está también atrapado en la red bolivariana de Podemos. A los que están continuamente apelando a la Transición y a los pactos constitucionales hay que recordarles que la política exterior exige responsabilidad y consensos de Estado. Una sana costumbre que tenía una larga tradición en nuestro país hasta que la rompió Aznar en las Azores. Rompiendo, por cierto, también el consenso mayoritario que existía sobre la intervención de Iraq en la UE. Lo que pretende ahora el gobierno español es que Europa mantenga una posición común ante la crisis venezolana, algo que a la larga será más útil para el futuro de aquel país que un pronunciamiento irreflexivo y unilateral como pretenden los dirigentes de la derecha española. Es verdad que, con distinto registro, Felipe González también ha pedido al gobierno el reconocimiento de Guaidó. El compromiso del ex presidente socialista con la oposición venezolana es bien conocido y le honra. Aunque no sabemos que haría González de estar en el lugar de Sánchez. De lo que estoy seguro es que, además de sentirse comprometido con la lucha de la oposición democrática a Maduro, también valoraría los intereses de España y la necesidad de contar con una política exterior común en la UE.

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