Envío

rafael / sánchez Saus

Presupuestos invernales

MIENTRAS la opereta catalana desgrana cada día uno de sus innumerables actos a pesar del manifiesto hartazgo del público, se nos echa encima otro de los espectáculos a fecha fija con que obsequia al respetable la insolidaridad medular de la España de hoy: la presentación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Algo que se ha ido convirtiendo, poco a poco, de un ritual del que se podían deducir las grandes líneas de la acción del Estado en otra cosa: la escenificación, ya sin rebozo y a lo bestia, de las mismas tensiones entre comunidades e intereses sectoriales que en Cataluña, en todo lo que allí está pasando y ha de pasar, alcanzan expresión extrema y bufa. Nunca se hace más explícita la debilidad del sentimiento de solidaridad entre los españoles, la inexistencia de cualquier atisbo de un proyecto común que cuando se habla de dineros.

Huyendo de ese navajeo territorial que a algunos debe apasionar y a mí me entristece, doy en dos cifras que más allá de diferencias políticas y predominios regionales debiera unir a todos en sentimientos de preocupación y propósitos de actuación. Cinco de cada diez euros del presupuesto se nos van en dos conceptos: pensiones y servicio de la deuda pública. Éste llegará en 2015 a 35.490 millones de euros, fabulosa cantidad que dobla el conjunto de las dedicadas a Justicia, Defensa, Seguridad Ciudadana y Política Exterior. Pero es que el Gobierno prevé seguir endeudándonos en 2015 en otros 47.000 millones hasta superar el billón de euros, más del 100% del PIB. Quienes creen que el Estado puede endeudarse alegremente sin mayores consecuencias, harían bien en reflexionar lo que ya supone esa losa y lo que supondrá en el futuro próximo.

En cuanto a las pensiones, éstas alcanzan los 131.659 millones, casi un 3% más que en 2014, aunque siguen prácticamente congeladas en sus cuantías. Es decir, que ese importante incremento responde sobre todo al aumento del número de pensionistas, mientras que paralelamente disminuyen un 3'7 %, hasta apenas dos mil millones, las ayudas destinadas a maternidad y riesgo durante el embarazo. En un solo año el diferencial se agranda, pues, casi un 7%. El declive de una nación en unas cuantas cifras o cómo se nos anuncia en los presupuestos el invierno demográfico que se avecina sin que nadie, en el Gobierno o en la oposición, se sienta incumbido.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios