Después de un sábado en el que el sol estuvo tímido tras algunas nubes que acabo en una pequeña tormenta de madrugada con rayos y truenos, el domingo el tiempo invitó a malagueños y foráneos acudir a las playas de la capital. En el litoral se respiró un ambiente idóneo, con multitud de bañistas y ciudadanos tomando el sol o bajo las sombrillas, que ponían color a la estampa veraniega. El cielo completamente despejado y un mercurio que no subió de los 30 grados acompañaron el primer domingo del mes de julio, temporada alta de turistas y en la que los más pequeños de la casa ya cuentan con vacaciones.
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