El zoco

juan lópez cohard

Rebelión en Tabernia

Tezanos ha inventado y definido la Tabernidad: "amplio sector social que se nuclea en torno al mundo de las tabernas". Y esto lo explica para atacar, con muy poco estilo y bastante grosería, a Isabel Díaz Ayuso el día de reflexión en las elecciones a la Comunidad de Madrid, dando así un claro ejemplo del despotismo sanchista.

Como no se podía quedar atrás (ni Dixie ni Pixie) Calvo, esa ministra que determinó que el dinero público no era de nadie, en un arrebato de cabreo supino, por la goleada con la que ha ganado las elecciones Ayuso, tachó al pueblo de Madrid de "tabernario". Término que significa: "propio de la taberna o de las personas que la frecuentan". Pero, al utilizarlo, lejos de insultar a los madrileños, han sido ellos los que han quedado en evidencia, porque ambos son unos "pedantones al paño que miran, callan, y piensan que saben", dice Don Antonio Machado, "porque no beben el vino de las tabernas", o sea, porque no están con el pueblo. Y continúa: "Mala gente que camina y va apestando la tierra".

Una de mis aficiones, a la que he dedicado muchas horas de mi vida, es limpiar barras con el codo de la chaqueta ¡Ay, aquella célebre y equívoca taberna, La Buena Sombra, de mis años de Económicas! En ella bebí letras, arte, política, chismes, vino y aires del pueblo. Porque los tabernarios son el pueblo. Y los tabernarios de Madrid, como un día hicieron sus antepasados comuneros, se han rebelado ante un Gobierno que les ha mentido sistemáticamente y viene gobernando despóticamente. Un Gobierno y un líder que, siguiendo la estela de su socio Iglesias, está depurando a socialistas históricos como Leguina o Redondo. Un líder que ha demostrado no querer en su censo de militancia a Felipe González o Alfonso Guerra. Un Sánchez cada vez más parecido a los dictadorzuelos de repúblicas bananeras.

Pero cada vez hay más tabernarios, incluidos muchos socialistas, dispuestos a rebelarse. Porque los socialistas siempre fueron tabernarios. Por algo el PSOE nació en Casa Lastra de Madrid hace más de 140 años. "Amo sobre una mesa, cuando se habla, la luz de una botella de inteligente vino". Solo le faltó a Neruda decir: en una taberna. Fracasó Sánchez en el asalto a Murcia. Perdió en Galicia y en el País Vasco. Ganó en Cataluña pero no puede gobernar. Y ha perdido por goleada en Madrid, tanto por méritos de la candidata del PP, como por el antisanchismo de los tabernarios de Tabernia (país universal donde reside la Tabernidad).

Ahora ha dirigido la mirada hacia la conquista de Andalucía. Pero el sanchismo ya no vende. Sánchez resta. Y seguramente los tabernarios andaluces seguirán el ejemplo de Madrid. Porque El Politburó de Sánchez miente por sistema. No solo al pueblo español, también a sus propios militantes. Cuando Espadas, su lugarteniente en Andalucía, os dice que "los andaluces quieren un PSOE unido", está mintiendo, porque ni él sabe lo que queremos los andaluces, ni le importa un pito eso de "un PSOE unido". Lo que quiere es un PSOE sometido al sanchismo. Y dicho esto, como a todo buen tabernario "me basta con ese vino oscuro en esta copa clara", me pego un lingotazo, y brindo por la rebelión en Tabernia y por ustedes que seguro que son tabernícolas como yo.

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