El triciclo

javier Cintora

'Recuperación'

ES época de incertidumbre. De malas noticias por culpa de la crisis, de tantos malditos ERES o ERTES y, sobre todo, de desilusión y frustración con casi todo. En esta maldita crisis nos metieron los banqueros, los mercados, los políticos, nosotros mismos por dejarnos devorar por un sistema en el que todos ganaban y, claro, nosotros también queríamos jugar. Al final todo se derrumbó y la burbuja terminó por explotar. Pese a ello, el ex presidente Zapatero, al que tal vez el paso de los años le reserve un mejor lugar en la memoria de los españoles, siempre quiso ocultar la tormenta que se avecinaba. El propio ex ministro de Economía Pedro Solbes confesaba ayer en El País que el entonces jefe del Ejecutivo rechazó su plan para afrontar la crisis "porque llevaba implícitas dos huelgas generales" (habría que analizar ahora cuál era el plan de Solbes). Al fin y al cabo los políticos siempre han jugado con la crisis y han modelado sus consecuencias en función de si estaban en La Moncloa o no, algo, claro está, despreciable. Por eso ahora muy pocos se creen que la crisis esté finalizando y la mayoría deduce que lo que ocurre es que más bajo no se puede caer. "¿Cuánto estaremos en el fondo de la crisis", se preguntaba la pasada semana el ex presidente del Gobierno Felipe González en Málaga. Ésa es la clave por mucho que personajes como Alierta se empeñen en decir lo contrario. En el fondo el ciudadano percibe que los que nos han metido en esta crisis son los que acabarán beneficiándose de ella, de que la recuperación económica que se proyecta volverá a llenar el bolsillo de unos pocos y que los esfuerzos de tantos ciudadanos serán la base para el mismo modelo de negocio que nos ha conducido hacia este túnel. La pasada semana pasaron por Málaga gurús financieros que en la mayoría de sus discursos proyectaban la palabra recuperación. Ojalá esa palabra se convierta en los próximos meses en el término que sustituya al de la crisis, que llene titulares de periódicos y centre debates y conferencias de directivos y ejecutivos, pero hasta que llegue ese momento la realidad que tengo próxima sigue siendo la misma: ERES, amenazas de ERTES, paro, meses y meses de búsqueda infructuosa de un empleo para que ni siquiera te llamen, la imposibilidad de acceder a un crédito hipotecario... Que llegue ya esa recuperación.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios