Resaca electoral

Nunca se deben hacer promesas bajos los efectos de una borrachera. Aunque sea electoral

Si bien es cierto que la máxima de que "la política es el arte de lo posible" ha sido atribuida a numerosos autores, aun lo es más, que más han sido sus seguidores y los ejemplos que han dejado de su observancia. El Metro de Málaga, que alcanza ya su decimotercer año triunfal de obras, es un caso al que no le ha hecho falta que los nuevos inquilinos de San Telmo se muden para darnos un nuevo ejemplo.

Desde antes de que arrancaran en enero de 2006, sus obras han sido campo de batalla favorito de la confrontación entre la alcaldía y Junta de Andalucía. Un diorama ferroviario donde los argumentos se tornan de ida y vuelta, como los viajes de sus locomotoras. Lo que explica que el acuerdo de 2013 para llevar el tranvía en superficie al Civil fuese papel mojado para el alcalde desde el día de su firma. Supeditado al consenso de unos vecinos que no se sabe exactamente quiénes son, tampoco puede saberse qué trayecto puede interesarles más. Tú al pueblo y yo a la playa. La Junta al Civil, y el ayuntamiento al PTA y la plaza de la Marina. Aunque la nueva parada no esté ni a doscientos metros de la última.

Como se ha comentado en alguna ocasión, Maximum Shemeless explica la política desde su denominada teoría de la Dinámica de copas. Corriente de pensamiento que analiza el comportamiento público mediante su comparación con los hábitos que rigen una salida de farra. Con esta perspectiva, los vaivenes del Partido Popular sobre esta infraestructura los últimos días se entiende perfectamente. Viéndose presidente Moreno Bonilla, pero aun bajo la camiseta de candidato, al presidenciable le ha faltado tiempo para anunciar el soterramiento de tramo al Civil. Lo que viene a ser como proclamar que vas a montar la madre de todas las fiestas después de aprobar la carrera tras 36 años de estudios. Luego, el propio ayuntamiento ha hecho cuentas y valorado la juerga en 140 millones de euros. Y el alcalde, que sabe más por viejo que por alcalde, se ha apresurado a manifestar que lo más oportuno es tomarse un tiempo de reflexión. Ni a la Marina ni al Civil. Y al PTA, en bus. Bajo el símil de la teoría de Shemaless, una cosa es que te inviten a la fiesta y otra distinta es que tengas que pagar las copas. En cualquier caso, nunca se deben hacer promesas bajos los efectos de una borrachera. Aunque sea electoral. Con la resaca, se preguntan si habíamos reflexionado todas nuestras propuestas anteriores.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios