Sorprendía nuestro alcalde al hacer suya la propuesta de la izquierda de municipalizar el servicio de limpieza. Por un momento parecía sumarse a la agenda progresista del nuevo gobierno. Pero las propuestas del regidor poseen una inevitable dosis de ambigüedad, cuando no de confusión. Su propuesta consiste en que en la Limasa municipalizada los salarios de sus trabajadores estén ligados a la productividad, además de vincularla al resultado de periódicas consultas para conocer el grado de satisfacción de los ciudadanos. En el caso de que éstos se manifestasen insatisfechos sería privatizada. Supongo. Sería volver al mismo lugar: ciudadanos insatisfechos y empresa privada. El modelo de "rescate reversible" lo propone el grupo popular en sustitución del "empresarial híbrido" pactado con sus socios de Ciudadanos. Aunque no parece que lo vayan a resolver, hay que reconocer que le echan imaginación.

Ligar los salarios a la productividad es un asunto recurrente y aparentemente sensato. Muy del gusto de la patronal. Pero, como De la Torre sabe, la productividad no depende sólo del esfuerzo de los trabajadores sino, sobre todo, de la organización de la producción en la empresa. En los años de la "gran recesión" la participación de los salarios en la renta nacional cayó más seis puntos, mientras que la productividad subió nueve puntos. Aunque no parece que ese sea el particular caso de Limasa. De cualquier forma antes de proponer indexar los salarios a la productividad habría que determinar cómo y quién gestiona la nueva empresa pública y cuáles son las condiciones necesarias para que los nuevos gestores puedan conseguir reducir costes y mejorar el servicio. Que es lo que justifica la medida. Porque aquí, más allá de cuestiones ideológicas, de lo que se trata es de que la ciudad esté más limpia y al ciudadano le salga más barato el servicio. No es lo de gato blanco o gato negro. Si algo ha quedado demostrado en Limasa es que la incorporación de gestores y capital privado a la gestión pública no es garantía de eficacia. Más allá del carácter público o privado, lo que se necesitan son buenos gestores. En este ayuntamiento hay algunos buenos ejemplos. Fue el PSOE, en los primeros años de la democracia municipal, el que propuso el modelo mixto para resolver los graves problemas heredados de la gestión municipal del servicio de basuras en la etapa predemocrática. Las vueltas que da la vida.

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