El Rioja no quiere ser Chacolí

Se ha cruzado el Mississipi y el PNV, antes de quedarse colgado de la brocha, ha preferido mojarse la ropa

Durante la actual legislatura española estamos viviendo tiempos curiosos, unos por convulsos y otros por patéticos. Cuando cada socio del actual gobierno se pone a pedir, sabiendo que lo consigue con excesiva facilidad, acaba teatralizando astracanadas que rozan el ridículo y eso, como bien decía Josep Tarradellas, es lo peor que les puede ocurrir en política. La exigencia del PNV de separar la Rioja Alavesa del resto de la denominación de origen ha supuesto una revolución entre los propios agricultores vascos y un grito unánime para que dejen de pedir chorradas.

Pero la vida es así y el que, en otros tiempos, fuera un partido independentista pero leal en sus acuerdos, tras su traición al gobierno de Rajoy, se ha encontrado con un nuevo presidente que le tiene bien medida la distancia. Porque ya en el imperio romano hubo tres hispanos que trataron de cobrarse el asesinato de su propio caudillo y por ello se acuñó la frase "Roma traditoribus non praemiat" (Roma no paga traidores). Ahora ante la solicitud vinícola el PNV ha recibido un rotundo NO ante un cambio de cromos vergonzante: el socio preferente es EH Bildu.

Pero someter a la serpiente tampoco va a ser fácil. Por muchos criminales que se trasladen a las cárceles vascas, las bestias no soportarán mucho tiempo en prisión, y su salida a la calle pondrá nuevamente en peligro a toda la democracia española. El procedimiento es bastante simple para arrinconar a la oposición con la ayuda de los grupos independentistas y de ultraizquierda. Se empieza acusando a los demás de franquistas, de ultraderechistas y de irresponsables, entra al propio gobierno en ese juego de insultos y después se justifica cualquier atentado. Ya lo vimos hacer a Hitler con los judíos en Alemania o las purgas estalinistas en Rusia. Por eso nadie quiso antes pactar con los proetarras, pero se ha decidido cruzar el Mississipi y el PNV, antes de quedarse colgado de la brocha, ha preferido mojarse también la ropa.

Es evidente que, cuando un partido es innecesario para el gobierno y la oposición, las ideas que planteen van a sonar a chufla. Puede ser una buena oportunidad para el resto de la nación ya que, tan solo con llegar al nivel económico alcanzado por los vascos, con el sacrificio personal de muchos españoles, sería más que suficiente. Por tanto, mientras otros piden Netflix, exijamos obras públicas, más desarrollo y menos fugas bancarias.

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