La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Rivera-Malú-Arrimadas

Es el trío de moda. Y no es ninguna frivolidad. En política importa tanto el número 1 como el número 2. Público y privado

Albert Riverapisa fuerte. En las páginas de la prensa rosa y en los rotativos nacionales. Se lo podría cantar su amigo Alejandro Sanz cualquier noche de fiesta en Madrid y se lo podría susurrar Malú en la intimidad. La exclusiva de hace unos días de la revista Semana, con fotografías del líder de Cs junto a la cantante, se unen al salto que Inés Arrimadas acaba de dar de Cataluña a la capital de España. En lo privado y en lo público, Rivera parece dispuesto a desafiar la frialdad de los sondeos tomando la iniciativa y rodeándose de las mejores con mediáticos golpes de efecto.

Sobre su relación con la sobrina de Paco de Lucía guarda un prudente silencio: "Todo bien, muchas gracias", dijo lacónico el día que se desveló que "son más que amigos". Estaba en el Congreso y su incipiente romance ocupó más debate -entre bambalinas- que la sesión oficial. En el caso de la política jerezana no hay, sin embargo, nada que ocultar y ningún elogio que contener: "Es la mujer más importante, valiente y preparada de la política española". Lo fue en 2017 con la amarga victoria que el partido naranja logró en los comicios catalanes -ganó pero no pudo conformar una mayoría alternativa a los independentistas- y lo ha sido en las andaluzas cuando le ha hecho la campaña a Juan Marín evidenciando una curiosa paradoja: donde Susana Díaz patina, ella arrasa.

Rivera-Malú-Arrimadas. ¿El trío de moda? Las encuestas hablan del frenazo de Cs, el estancamiento del PP, la remontada del PSOE y el factor sorpresa de Vox. Pero son sólo fotografías fijas. Volátiles. Para las que cuentan de verdad, las que se van moldeando caprichosamente y no se destapan hasta la jornada electoral, importa el carisma y tirón del número 1 tanto como el peso y contrapeso del número2. El público de la candidatura y el privado con que los partidos hacen humanos, cercanos y atractivos a sus líderes.

Cuando Rivera dejó en noviembre su relación con Beatriz Tajuelo, se convirtió en un cotizado soltero de oro. Dicen que fue Arrimadas quien le presentó a Malú y parece que no hizo falta mucho más. ¿Será la cantante la próxima primera dama en Moncloa al estilo Carla Bruni-Sarkozy? ¿También estrenarían el cargo cambiando el colchón? La primera pregunta es una provocación; la segunda es una de las verdades que el presidente del Gobierno ha querido recoger en sus efímeras memorias. Podríamos pensar que banalizamos si escribimos de Malú; nada más lejos de la realidad si tenemos en cuenta el nivel de postureo de los políticos españoles. Aquí y en Waterloo.

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