Ruegos y preguntas en el PSOE

Ya quisieran algunos centrocampistas en el fútbol dominar la suerte del cambio de juego como hacen los políticos

El PSOE de Málaga se atrevió esta semana a debatir si es mejor adelantar o no las primarias para elegir un candidato a la presidencia de la Junta. El asunto se planteó al final de la reunión de la ejecutiva provincial, en el turno de ruegos y preguntas. La intervención del alcalde de Ojén, José Antonio Gómez, que antes solicitó que las administraciones ayuden a la hostelería, dio pie a que se escucharan una decena de pronunciamientos.

De los 53 asistentes, nueve a favor de la anticipación, zanjó el asunto la actual dirección del partido, como si la mayoría de los asistentes enmudecidos computaran sus silencios como votos en contra. Porque, por supuesto, ni siquiera se aceptó la posibilidad de medir las fuerzas. Un triunfo para la teórica minoría que defiende que también en Málaga el poder cambia de bando.

Así es la vida interna en un partido. Si todo va sobre ruedas, como sucede ahora en el PP malagueño, de las reuniones solo salen lemas para la propaganda. En la acera contraria, en plena convulsión, ni siquiera los órganos del partido se atreven a discutir abiertamente qué es lo mejor para su futuro. La mayoría permanece callada, a la espera de acontecimientos. Siempre guardando las órdenes que emanen de la superioridad. El dilema es adivinar quién es ahora la superioridad.

Las direcciones de las formaciones políticas las integran , en general, cargos públicos. El grado de libertad de sus componentes depende de si su designación para continuar en el puesto depende de la voluntad del líder de la formación política en Madrid, en Andalucía o, en menor medida, en Málaga. En el PSOE andaluz, las lealtades interesadas se multiplican. Ya quisieran algunos centrocampistas en el fútbol dominar la suerte del cambio de juego con tal destreza como la que exhiben algunos políticos. Necesitan renovar el contrato para la siguiente temporada y hay que ajustarse al nuevo relato y sumar pedigrí. En época de mudanza también crecen los desapegos. Ahora emergen numerosos contrarios a la permanencia de Susana Díaz al frente de la formación que, con el viento a favor, aprovechan para pasarle factura porque quedaron relegados o perdieron la confianza durante sus mandatos. Mientras sus irreductibles, que perderán sus influencias si cuaja el cambio, le piden que aguante.

De cara al público no suelen ser muy imaginativas las justificaciones que se difunden para justificar el relevo. No se propone la sustitución de la ganadora de los últimos comicios autonómicos sino de la candidata que condujo al PSOE a perder después de 37 años del gobierno socialista en la comunidad. La que suscitó tal rechazo entre los electores que medio millón de votantes prefirieron quedarse en su casa ante que entregar su respaldo. Ruegos y preguntas.

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