Incluso en mitad de la tempestad hay quienes ven el lado bueno de las cosas. Unos chavales que sacan partido del fuerte viento que azotó la capital para coger las olas en la playa de la Misericordia son muestra de ello. Fue la estampa ociosa de una jornada en la que la provincia de Málaga despertaba de una madrugada borrascosa, en la que la lluvia hizo acto de presencia con la fuerza de la que es capaz en momentos puntuales. El nivel naranja de la alerta ya lo advertía. La incidencia del temporal se dejó sentir en Ardales, con hasta 140 litros en 12 horas.