Crónica Personal

Sánchez no tiene remedio

El vídeo del encuentro con Biden es la prueba de que su papel en el escenario internacional es irrelevante

Parecía prudente esperar a la rueda de prensa del presidente de Gobierno antes de lanzarse a comentar el "encuentro" con Joe Biden. A lo mejor ofrecía algún dato que aliviara la vergüenza de verle hablando a Biden mientras caminaba sin que el americano le hiciera ni caso. Ni le miró, y mucho menos le dirigió la palabra. Al bochorno se sumaba la tristeza. Sánchez es el presidente de España, y ese vídeo era la prueba fehaciente de que su papel en el escenario internacional es irrelevante. El presidente americano ni se molestó en ser educado con él. No le interesaba. Punto.

La rueda de prensa fue casi peor, porque se demostró una vez más que es mentiroso compulsivo. Tanto, que lo hace incluso en la sede de la OTAN y sabiendo que todos los asistentes habían visto las imágenes que indicaban que era imposible que hubiera cambiado impresiones con Biden sobre las relaciones bilaterales en el plano de la colaboración militar; el programa progresista que quiere emprender el presidente americano y el problema de la emigración centroamericana con datos que al parecer había conocido Sánchez en su reciente viaje a Argentina. Todo ello en 50 segundos.

La peripecia del encuentro con Biden demuestra que los equipos de La Moncloa y Exteriores son absolutamente bisoños en lo relacionado con la agenda internacional presidencial. Su incapacidad para conseguir que Biden telefoneara a Sánchez cuando lo ha hecho con la práctica totalidad de los jefes de Gobierno europeos es un ejemplo, pero las expectativas que habían puesto en este encuentro son una señal más de que ni el gabinete de Laya ni el de Sánchez tienen idea de cómo se plantean ese tipo de reuniones.

Lo sangrante es que existe un plantel de profesionales de la diplomacia cruzado de brazos mientras personajes de reconocida insolvencia se mueven como si manejaran todos los resortes internacionales. Y fracasan. Con el agravante de que el fracaso deja la imagen de España por los suelos aunque el presidente y su equipo aún presentan como glorioso el encuentro con Biden. No cabe mayor bochorno ni mayor ridículo.

Sólo un dato positivo en la cumbre de la OTAN: la del 2022 se celebrará en Madrid. Pero que no se ponga Sánchez tantas medallas: Rajoy consiguió para España la cumbre del 2019, pero como en la fecha fijada ya era Sánchez el presidente. La del 2022 se considera sustitución de la que no se celebró.

A España le importan mucho las relaciones con Estados Unidos. Pero a Biden no le importa nada la España de Sánchez. Excepto las bases. Malo será que Marruecos no nos haga una faena en ese terreno, que puede ocurrir.

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