Cautivo de hábito de azahar y luz de luna, Señor de la Fe de Málaga prendida el Lunes Santo de cirios nazarenos.

Esta noche se llenarán las calles de tu amor en el retiro más cautivo, entregado por las moradas, plantas de hospital, parroquias y albergues, ofreciendo consuelo al alma y abrigo al cuerpo.

Esta noche escucharás los ecos trinitarios por el puente de la Aurora, donde tu sagrada túnica mece el aire que nos sirve de aliento.

Queremos verte nazareno liberado de la cruz, queremos verte glorioso Redentor del Mundo andando nuestras calles, porque esta sórdida noche escucharás nuestros rezos más necesitados en cada puerta, desde cada balcón, y en el aire las sirenas que alaban la obra de Dios en manos de los hombres y mujeres que obran milagros en tu nombre.

Nos encuentras contigo cautivos en una encrucijada de la vida que necesitamos andar juntos, siguiendo tu ejemplo en la procesión más penitencial de cualquier Lunes Santo.

Liberados de este yugo, volverán a crecer las flores del trono con el que cada año te adentras en nuestras más íntimas esferas de la vida, sonarán de nuevo los sones celestiales de Jesús Cautivo por la Trinidad y por la Alameda, vitorearemos el paso del Señor de Málaga desde una silla de anea al filo de la acera, y desde los balcones emanará el rezo bien cantado de una saeta.

Somos tu pueblo, Jesús, por quien todo lo entregaste, puesto en tus manos, quienes anhelan volver a agarrar los varales de tu trono para elevarte al cielo, implorando la Gracia de Dios Padre.

Pablo Fernández Quintero

Málaga, 6 de abril de 2020