Me escribía un gran amigo, excelente escritor y poeta, que el presidente Sánchez "ha desvelado todas y cada una de las fisuras del sistema creando grietas estructurales" Mucho se han agrandado esas quebraduras cuando la última entrega del CIS, del ínclito alquimista al servicio del gobierno, José Félix Tezanos, ex dirigente socialista, coloca al PP por delante del PSOE por primera vez desde que este nigromante de las encuestas dirige este organismo supuestamente autónomo. Si éste es el resultado ¿qué no será la verdad como suele ocurrir en todos los últimos sondeos realizadas por otras consultoras españolas de investigación dignas de todo prestigio y credibilidad. Como en otros aspectos de la intervención excesiva y abusiva del gobierno, hay un silencio cómplice de una gran mayoría de ciudadanos y bastantes medios informativos afines al poder, no sólo por razones ideológicas o sectarias. Lo vemos por el énfasis entre despectivo e inquisitorio empleado en las acusaciones a la oposición y como se obvia o mira para otro lado cuando se trata del gobierno. Y si es así en lo mediático, tanto ocurre con el asalto a la mayoría de las instituciones del poder: el CIS, la Fiscalía General, la Abogacía del Estado, el CNI, el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional - contraviniendo la separación de poderes, base fundamental de un régimen auténticamente democrático - y todo cuanto represente absoluto dominio de la más suprema autocracia. En suma, lo que[U1] sus socios de gobierno - Podemos - y otros que le apoyan en la gobernabilidad, preconizaban como identificación legítima de sus intereses políticos. Así la cosas este país cada vez se parece menos a un Estado de Derecho. Se ha confirmado de manera inconcebible en las declaraciones de un buen número de dirigentes socialistas ante la ratificación del Tribunal Supremo de la condena de los ERE de la que se ha publicado "es solo la punta del iceberg de una trama que urdió el PSOE desde la Junta de Andalucía", por la que un buen número de militantes, desde los más veteranos a muchos de la nueva hornada, se oponen a la sentencia. Bastó el anunciado voto particular de dos magistradas del Tribunal Supremo para que todo un tropel de militantes y sus voceros mediáticos, especialmente afectos a sus gobiernos y particularmente en favor de José Antonio Griñán, cuestionaran nuevamente el relato judicial y su indulto, obviando un fraude institucional de proporciones ingentes por el uso indebido e ilegal de dinero público (679 millones) que sembró de irregularidades la gestión de las ayudas a empresas y trabajadores en crisis en Andalucía entre 2000 y2009. Quienes siempre estigmatizaron a sus opositores con feroces ataques, exigencias de perdón y otras humillaciones de telediario y portadas, se apresuraron a negar las más vergonzosas evidencias o a ocultarse en sus silencios cómplices. Pero Pedro Sánchez ha dicho: "En España las leyes se cumplen", ¿Las sentencias también?

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