Sinsentido figurado

Ante la decepción, dolor, falta de energía e inflación desbocada, la vía de escape de la imaginación calma

La sinécdoque asume la parte por el todo y viceversa. Que toda Rusia es Vladimiro Putin, espero que no. En la Cenacheriland que acoge a refugiados de guerra ucranianos la cuestión del Museo Ruso se ha utilizado como puñalito político para tocar los votos y el medallero del arcade vintage, al que el conflicto pilló en culicainas aspirando a la sucursal, también rusa, del Museo Hermitage. En este jaleo de pornomiseria y desastre inhumano, lo de la sangre, patria y fuego al otro lado de la pantalla y a esta orilla de la inflación, lo de una guerra en carne, destripe, metralla y fracturas al aire en Europa, son circunstancias que jamás creí que volvería a ver tras las cicatrices balcánicas de los años noventa. Los más paranoicos acaparan aceite de girasol, pastillas de yodo, latas de callos y botellas de agua. Excitación preparacionista ante el pánico a un holocausto atómico.

Cuando comenzó la invasión de los carros de combate y bombardeos en Ucrania me tiré de cabeza a visitar la exposición Guerra y Paz en el Museo Ruso y de paso agencié El Maestro y Margarita de Mijaíl Bulgakov. Bulgakov sacaba risas deportables al absurdo del sistema soviético. Svetlana Aliexevich, premio Nobel de Literatura 2015 , que reside "exiliada" en Alemania, describe el caos post perestroika en El fin del "Homo sovieticus y su precuela en Voces de Chernóbil .También Alliexevich recuerda los pasotes bélicos en Afganistán con Los muchachos del Zinc e historias solapadas de la II Guerra Mundial en La guerra no tiene rostro de mujer. De la misma forma que acá tenemos nostálgicos de la dictadura franquista, en la Rusia de Putin nos hacen creer que echan de menos la seguridad, autoridad y el látigo opresor lo cual parece un sinsentido figurado. Con la nostalgia imperial de la omnipotencia zarista, nos encontramos con otro pirado al volante de la historia y del enésimo crack humanitario. Occidente tirita de miedo y frío. Ya le digo, veo rusos por todas partes y no todos son malos, hasta el logotipo de la candidatura de Málaga a la Exposición de 2027 con sus circulitos de colores y rectas tangenciales me recuerdan al constructivismo de Kandinsky, lo puede confirmar en la muestra sobre las vanguardias del Museo Ruso mientras siga abierto junto a "la carga de la caballería roja" de Malevich. Aproveche, que de esta no nos salva ni el arte.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios