Ignacio del Valle

Sociología poética

Utopía es un lugar de la imaginación, por romanticismo de acuarela que no quede

Hay algo de sociología poética en el origen del Centre Pompidou de Málaga. Sobre el tablero de la fortuna muelle el cubilete sacó la mejor cara del dado. Un museo policromado cuando merodeaba olisqueando por allí una reala de carritos de supermercado. A lo largo de 2018 alejado de faroles y farolas de pasear discutiendo, el Cubidou nos ha iluminado con un ciclo gafapasta acerca de las Utopías Modernas. Proyecciones para las pupilas de cineclub: La gran utopía, El final de las ilusiones, Imaginar el futuro o La edad de oro. Conferencias al final del pasadizo subterráneo. Mullido auditorio donde las verdades más terribles se asientan mejor que en un banquillo de acusados.

Tardes de Utopías Sociales: socialismos, falansterios, conventillos, comunidades pijipis sanfranciscanas o de consumo teletienda han desfilado por los micros. El jueves 7 de junio, postsiesta, conversación entre el profesor, prolífico ensayista y articulista Manuel Arias Maldonado, autorproceno, y el escritor-periodista Juan Francisco Ferré. Animada gallera de citas. Filosofía de nivel académico en la que el usuario pedestre apenas colige lo que escucha porque no se atreve a reflexionar acerca de los sumideros de su borrega y rebañuda vida.

Platón, san Agustín, Hegel, Engels, Nietzsche, la desaparición del estado de Marx se escuchaba por allí como a Tomás Moro por su no casa. La isla Utopía, el no país que ha dado tanto de fantasear. El enfoque de Arias Maldonado, versión ensayista versus a Ferré con querencia a la novelería gráfica. En este debate acabaron circunvalando las prefiguraciones de la ciencia-ficción. Los mundos felices y los 1984. También tuvieron momentos de atención los bulos y corrientes de pensamiento que se expanden contaminado internet, la venganza de Gaia Gea, los asteroides y amenazas siderales. El big data sin fronteras. La geopolítica y las migraciones africanas en una precognición de los Aquarius que no acabarán de cesar. Idílico bienestar en la perspectiva del mundo arruinado y caduco de la artrítica Europa. La fijación en lo destructivo antes de imaginar la idea de una solución nueva.

La democracia. Los populismos. Los sujetos del capitalismo, la prosperidad a su bola. El humanismo, el transhumanismo que nos convertirá en humáquinas con líquido de frenos corriendo por las venas. La esperanza de la vida eterna y en paz. Utopía es un lugar de la imaginación, por romanticismo de acuarela que no quede.

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