Supongo

La leal oposición de Ciudadanos comenzará por no darle ni los cien días de cortesía habituales

Supongo que cuatro días después de la primera moción de censura que sale adelante en España hay que escribir sobre ella. Supongo que toca decir que ni Sánchez se lo creía. Aunque sus fieles sostienen que quienes así piensan es porque lo conocen poco. Sospecho que el planchazo que se ha llevado Rajoy solo lo ha superado el del resto de su grupo parlamentario. E intuyo que Rivera anda buscando un psiquiatra discreto desde el viernes. Cuando hace una semana se veía como el próximo presidente, después de mantener contra las cuerdas a un Rajoy al que sostendría mientras le sirviera como el tentetieso sobre el que mostrar sus mejores ganchos en su hígado corrupto, hoy tiene que empezar a preparar un nuevo combate mientras recaen sospechas de tongo sobre el primero. Apostaría a que en Podemos tienen organizada una cascada de referéndums sobre las tropecientas decisiones que les demandará cierto grado de responsabilidad en la gobernabilidad del país. Y no hay que ser un lince para pensar que estos referéndums culminarán con uno en el que se decidirá tocar boga de ariete contra el gobierno del PSOE que les impide tocar los cielos.

Estoy seguro que Sánchez no lo tendrá fácil. Que la leal oposición de Ciudadanos comenzará por no darle ni los cien días de cortesía habituales. Porque la culpa es suya por presentar una moción y no convocar elecciones. Que en ese discurso, distinguirlos de los populares va a ser difícil. Que la mayoría parlamentaria alcanzada en la censura será difícil de mantener para aprobar unos presupuestos que los mismos partidos que antes los habían consensuado ya no los consideran buenos. Que Rafael Hernando seguirá preguntando cómo ha conseguido Sánchez que ahora le apoyen todos lo que no le apoyaron hace dos años, sin pararse a pensar en cómo han conseguido ellos perder el apoyo que entonces disfrutaron. Y es de libro que el futuro congreso de refundación del PP se celebrará en Albacete. Me gustaría equivocarme. Que reinara el más elemental sentido común para que se pueda llegar a unos someros acuerdos entre fuerzas minoritarias. Que España de un ejemplo a Alemania y demuestre que aquí somos capaces de entendernos, incluso entre más gente. Lo que no sé es si a alguno de los inquilinos de la Carrera de San Jerónimo les interesa lo que a mí me gustaría y no lo que a ellos les conviene. Supongo que al menos lo intentarán antes de forzar elecciones.

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