Sustitutos y titulares

Poco importa que estas o parecidas medidas se estén imponiendo en toda Europa

Agosto o o parte de él debería tener aires de fiesta, de tranquilidad y de tregua política. Aunque siempre habrá quien, montado en la demagogia, critique las vacaciones de los políticos y les eche en cara que no estén de forma permanente en su puesto de trabajo, lo cierto es que es bueno que se tomen un descanso. Siempre podremos esperar que el distanciamiento de los problemas y la liberación de la actividad del día a día les aporte una perspectiva distinta que nos permita disfrutar a todos de un periodo más o menos largo de mayor sosiego y tranquilidad.

Vana esperanza, porque la actividad política no conoce la quietud y, por definición y esencia, siempre ha de estar en continuo movimiento. Por eso, lo normal y prudente es dejar al mando de la nave a alguien que vele por el día a día y esté al tanto de cualquier imprevisto. El problema surge cuando la persona que se queda de guardia, el sustituto, entiende que ese es su momento de gloria y que no debe dejarlo escapar sin hacerse notar y acumular así méritos para el futuro. Entonces se corre el riesgo de asistir al extraño espectáculo de ver como lo que debería ser un periodo de reposo y calma se torna en una reproducción de los mismos enfrentamientos, pero, eso sí, con un nivel superior de agresividad, porque esa es la única forma que algunos tienen para llamar la atención y gozar de relieve y reconocimiento. Eso ha debido pensar el dirigente Pedro Rollán que, siendo el responsable político del PP que al parecer se quedó al mando de la nave de la sede de Génova, se ha sentido en la obligación de mantener alto el listón de la crítica y del ataque al gobierno por las medidas de ahorro energético. Ciertamente, tenía complicado destacar en ese empeño después de los ataques expresados por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Era difícil superar ese "Madrid no se apaga" y la ola mediática que trató de inundar todo el país. Pero, en un alarde imaginativo, el portavoz provisional recurrió a oscuras referencias históricas para resucitar el espectral sistema de la cartilla de racionamiento, en este caso energético. Poco importa que estas o parecidas medidas se estén imponiendo en toda Europa o que la propia presidenta del UE haya felicitado al Gobierno por esta decisión; se trataba de destacar y acaparar titulares con una frase impactante por exagerada e injusta que sea, y eso se ha conseguido. Quizás se sienta satisfecho, pero no es extraño que algunos empiecen a añorar a los titulares.

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