De la España bipartidista pareció que se pasaba a la multipartidista para acabar en la frentista o facciosa, entendiendo frente como coalición de partidos, faccioso como perteneciente a una facción y esta como bando. Entre 1982 y 2011 el PSOE y el PP lograron formar gobiernos con mayorías absolutas o suficientes hasta que en 2015 se entró en la supuesta era multipartidista con las emergencias de Podemos, sus confluencias, Ciudadanos y Vox. Frente a las próximas elecciones está claro que hemos pasado del multipartidismo al agrupamiento en frentes o facciones.

Los esfuerzos de Zapatero y Sánchez a través de la manipulación de la memoria histórica para plantear un escenario tan mentiroso como groseramente simplificado de izquierdas contra derechas han dado sus frutos. Ya saben lo de la mentira repetida mil veces. Y Göbbels, a quien se atribuye la frase, sólo contaba con las concentraciones, la prensa, la cartelería, el cine y la radio para su despliegue propagandístico. Súmenle la televisión y las redes sociales, añadan el desprestigio de los políticos (segundo motivo de preocupación para los españoles tras el paro) y la ignorancia histórica de la mayoría, y el efecto puede ser devastador.

Lo que las encuestas indican es que el 28 de abril se va a votar más contra un peligro que a favor de algo positivo, más a un frente presuntamente ideológico opuesto a otro que a un partido o a un líder. Izquierda frente a derecha, sin matices y con el tono extremista aportado por los nuevos partidos a los que, en la izquierda, se suman los independentistas.

No es un panorama tranquilizador. Es un tiempo de muertos y tumbas, de verdina y herrumbre. La derecha extrema reedita el donpelayismo reconquistador con caballo y casco de los tercios de Flandes incluidos. El centro derecha quiere taponar la fuga de votos por su flanco menos centrado y cae en esta retórica: "Hoy he podido ver la Cruz de la Victoria que está en la Catedral de Oviedo, una joya emblema de la Reconquista. Vamos a empezar la reconquista de España, la de un gobierno sensato…", tuitea Casado. Sánchez va de tumba en tumba -intentando sacar de la suya a Franco o visitando las de Azaña, Machado y Campoamor- ahondando la estrategia zapaterista de reducir la España plural del siglo XXI a las dos Españas de los 30. Con razón ha dicho Banderas "tengo la impresión de que en 1985 Franco llevaba más tiempo muerto que ahora".