LA ciudadanía no necesita saber qué opinión tiene el Foro de Davos sobre los políticos, porque ya se ha creado su propia impresión. Una impresión difícil de modificar. Han sido demasiados los escándalos que han sacudido al municipalismo en los últimos años, demasiados los escándalos que han salpicado a instituciones autonómicas de distinto color político, demasiado el ruido que los propios políticos han generado sobre todos estos casos para echárselo en cara los unos a los otros. Que la ciudadanía retire del poder a un partido para elegir a otro en las urnas no significa que en general haya cambiado su impresión sobre los políticos, sobre todo cuando el voto se ha podido producir más contra quien gobernaba que a favor de la alternativa elegida.

Interesante la intervención de ayer del alcalde de Málaga en el Foro Europa. Oímos como Francisco de la Torre aludía al Foro de Davos para señalar que es necesario mejorar la imagen de los políticos, para con gusto entrar después al trapo cuando le preguntaron por los ERE fraudulentos y el caso de la cocaína asegurando que es la demostración de la falta de control que sobre los fondos públicos ha tenido el Gobierno andaluz. Dice de la Torre que Javier Arenas no necesita casos como este para ganar las elecciones andaluzas, pero el líder del PP andaluz, por si las moscas, no se contiene a la hora de elevar su tono crítico.

De la Torre reivindicó ayer la buena gobernanza, la austeridad, la lealtad entre instituciones, y dijo muy claro que es necesario que se resuelva el problema de la financiación local que en este país nunca se ha abordado.

Esperemos que aprovechando la convención regional del PP de este fin de semana, las reivindicaciones de De la Torre lleguen al más alto nivel, ya que, se espera, dicen, el desembarco en Málaga de varios ministros del Gobierno de Rajoy, a quien el alcalde de Málaga sólo le pide que acierte en la solución de la crisis económica.

Esperemos que De la Torre sea capaz también de pedir al PP que no caiga en lo que le reprocha al PSOE. Seguro que si le escuchan no se darán nuevos casos de corrupción, habrá suficientes inspectores y niveles de control sobre el dinero público, y seguro también que los tribunales de lo Contencioso estarán suficientemente dotados para que puedan resolver rápidamente los litigios que más afectan a las administraciones.

Me gustó que De la Torre recordara ayer cómo en el año 81 hubo una oportunidad histórica, recogida en nuestro Estatuto para convertir las Diputaciones en la Administración Periférica de la Junta, y como se desaprovechó porque en la Junta gobernaba el PSOE y en muchas diputaciones, Unión de Centro Democrático. Coincido con Francisco de la Torre, no hubo visión de Estado, primaron otros intereses.

Esperemos que De la Torre exija visión de Estado a su propio partido cada vez que caiga en la tentación de volver a culpar al anterior Gobierno para justificar las medidas que adopta.