LOS políticos, al menos los titulares de escaño en sede parlamentaria, han tardado en reincorporarse a la actividad cotidiana tras las vacaciones navideñas. La mayoría de los mortales las tenemos más que olvidadas. Pero su reentré se nota, ¡vaya que si se nota! Es probable que muchos de ellos hayan dedicado estos días del pasado enero a hincar los codos sobre los argumentarios electorales, y por eso el retorno al escenario se aparece como un auténtico tsunami. "Javier Arenas es un tóxico para la democracia", espetó Rafael Velasco, para responder al líder del PP andaluz que acababa de acusar a Zapatero y Chaves de poner en peligro el cobro de las pensiones. Este sábado Francisco Conejo ironizaba sobre el acto que esa misma jornada los populares celebraron en Ronda diciendo que había sido la presentación de "los portavoces en la oposición del PP en Ronda, Antequera o Vélez, porque es un partido sin ideas que se vale de Málaga para tratar de alcanzar el sillón de Sevilla". Pocas horas antes era el propio Arenas el que arremetía contra la dirección del PSOE andaluz, diciendo que "les tiemblan las piernas por una encuesta".

El espectáculo electoral no ha hecho más que empezar pero lo va invadiendo todo, a pesar de que falta más de un año para los comicios locales, con la conciencia de que cualquier resbalón, o descuido, puede ser determinante ante las urnas. Ahí está el caso del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que tras el nuevo enredo protagonizado por la concejala Teresa López, que vuelve a empañar el baluarte de la honestidad, uno de los principales valores del regidor, no ha sido capaz de ofrecer una explicación clara y satisfactoria de lo que nadie duda es, al menos, una nueva metedura de pata.

Tropezón a tropezón, De la Torre parece haberse percatado de que los últimos acontecimientos en torno a la gestión de su equipo están deteriorando la sólida imagen que reseñan todos los sondeos. Razón por la que, una vez más, ha optado por reforzar el grupo de asesores en materia de comunicación de su entorno más inmediato.

El acelerón de la actividad política también se debe al hervidero que, aquí y allá, provoca la designación de los futuros candidatos. En esta materia los populares llevan ventaja a sus opositores. En estos días han puesto ante el ojo público a los aspirantes en dos plazas en donde el PP nunca lo ha tenido fácil. En Ronda, Mari Paz Fernández y en Antequera Manuel Barón. Pueden dar la sorpresa pero a primera vista se observan como candidatos de un perfil bajo para plazas de tanta importancia, sobre todo en relación con la aspiración de conquistar la Diputación.