La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Turno de Sánchez

Para poner coto a la orientación ideológica extrema, Pablo Casado hizo su trabajo el pasado jueves

En el insospechado camino que ha quedado tras el "hasta aquí hemos llegado" de Casado a Abascal, la política española empieza a coger la vía del centrismo como ruta garante del pragmatismo y el acuerdo. La ocurrencia de Vox de proponer una moción de censura sin mayoría suficiente, sin programa alternativo sino como fumigador pepero despectivo, ha provocado tanto la agrupación de las diversas izquierdas en torno a "su sanchidad", como el reordenamiento de las fuerzas políticas del centro derecha. El PSOE, que pide a los demás lo que no son capaces de ofrecer ellos, también debería aprovechar la ocasión para reconducir su estrategia extremista, renegando de la izquierda radical que lo embarga y que tan perjudicial es para el interés general del Estado.

Para poner coto a la orientación ideológica extrema, Pablo Casado hizo su trabajo el pasado jueves. Aclaró de manera abierta y diáfana la distancia del PP tanto del populismo antieuropeo, negacionista y difamador de Vox, como de la bolivariana ruindad de Podemos. Y confirmó su opción serena, integradora, respetuosa con la diversidad y pluralidad ideológicas, centrada en hallar las soluciones y no en añadir más hiperbólicas maneras a la política. Se trata de hacer posible que la alternativa al Frankestein que hoy nos gobierna, pueda alcanzar el éxito de su democrático desalojo del poder más que lamentar un nuevo fracaso por no alcanzar representación suficiente.

Ahora es turno del PSOE de Sánchez. Se lo piden socialistas como Nicolás Redondo, Joaquín Leguina o el exministro César Antonio Molina. Debe soltar el lastre de Podemos, Bildu y ERC. Borrar su rúbrica de manifiestos con quienes aún representan a ETA o cumplen condena por golpistas. Dejar de ir de reata con quienes atacan a la Jefatura del Estado y a las instituciones que representan. No dar alas a quienes quieren hipotecar a nuestro país haciendo desigual la convivencia entre españoles. Poner límite urgente a cómplices de terroristas e independentistas. Hacer creíble el futuro de España para quienes nos miran expectantes desde Europa o más allá.

El semáforo ámbar encendido por la UE tras las aviesas intenciones bolivarianas con la Justicia del pedropablismo, debiera servir para lograr su elongación hacia un PSOE mucho más socialdemócrata que podemita, más centrado en la defensa de lo que nos une que en sacrificar la armonía nacional y el entendimiento territorial por un puntual interés electoral. Es el turno de Sánchez.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios