El desastroso fin del boom inmobiliario, que ha llenado de estructuras de hormigón gran parte de la Costa del Sol, también tiene sus fantasmas en la Serranía de Ronda. Abundan las urbanizaciones, como ésta en las afueras de la Ciudad del Tajo, abandonadas por los promotores antes incluso de levantar las viviendas anexas. La naturaleza, en poco tiempo, ha ido recuperando el espacio arrebatado por las máquinas.
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